SOCIEDAD

Los abogados de Conzi largaron la estrategia de la inimputabilidad

Buscan demostrar que una lesión cerebral le provoca cambios de ánimo. Reclaman pericias psiquiátricas y piden anular la indagatoria porque no fue suspendida pese al brote místico.

Más lejos del altar que del vestido a rayas, la divina estrategia de defensa de Horacio Conzi sigue dando que hablar. Sus abogados, Fernando Burlando y Ricardo Montemurro, analizan solicitar la nulidad de su declaración indagatoria realizada el lunes pasado. Aunque su objetivo es terrenal, sus motivos serían celestiales: los abogados sostienen que cuando Conzi, frente al fiscal, empezó a decir que era la reencarnación de Jesús, automáticamente debería haberse suspendido el acto y solicitado una pericia psiquiátrica. Los defensores presentaron ayer un pedido para realizar una pericia neuropsiquiátrica, para demostrar que sufre una lesión cerebral que le provoca cambios en sus estados de ánimo. Aunque en todo momento habían asegurado que no buscaban demostrar su inimputabilidad, todo parece encaminado en ese sentido. Fuentes judiciales descartaron la nulidad porque “no existió ningún cambio en su estado de ánimo” y aseguraron que la declaración consistió en un dictado de los hechos por parte del acusado.
“Soy la reencarnación de Jesús”, “Jesús era uno de los 12 apóstoles”, “Estoy escribiendo la Biblia del tercer milenio” y de la muerte de Marcos Schenone “me enteré porque me lo contó Dios”, son algunos de los versículos declarados por Horacio Conzi durante su indagatoria ante el fiscal Mario Kohan, el lunes pasado. Ahora, Fernando Burlando y Ricardo Montemurro, sus abogados, se apoyan en esas particulares declaraciones para pedir una pericia neuropsiquiátrica. Lo que intentan es demostrar lo que ya en la calle se sospechaba: que el detenido sufre de una lesión cerebral. Según sus abogados, ese mal le provoca permanentes alteraciones en sus estados de ánimo.
Unido a esto, los abogados analizan presentar un pedido sobre la nulidad de la indagatoria. Para fundamentarla parten de la carga mística evidenciada durante la declaración, cuando Conzi soltó extensos párrafos de predicador, hablando sobre Jesús y las revelaciones divinas. Burlando y Montemurro cuestionan la actitud asumida por el fiscal Kohan en ese momento. No es que pretendan que el funcionario debiera haberse persignado o puesto a rezar, sino que aseguran que su obligación era suspender la declaración y solicitado en ese mismo momento a los peritos para que realizaran una evaluación psíquica.
Al no solicitar esa medida, según los letrados, toda la declaración es pasible de nulidad absoluta. El sábado pasado, con su pupilo ya detenido, Burlando juró y perjuró que con su estrategia legal “no busco demostrar que es inimputable sino que es inocente”. Aunque Burlando y Montemurro no dicen que su cliente esté loco, mediante la pericia pretenden demostrar algo parecido. Su inimputabilidad le permitiría eludir el efecto que tiene sobre cuerpo y mente el permanecer tras las rejas durante 8 a 25 años.
Curiosamente, el propio Conzi aseguró en su declaración que “no estoy loco y quiero demostrarlo con una pericia”. Después, no dijo ser Napoleón sino Jesús. Fuentes judiciales consideraron como “imposible” que tenga algún resultado favorable un virtual pedido de nulidad. “Durante la indagatoria –citaron esas fuentes–, su ánimo no se mostró en nada alterado, y todo consistió en un dictado en el que Conzi relató los hechos según su punto de vista”. En cambio, la pericia psicológica y psiquiátrica está dentro de sus derechos, por lo que es muy probable que se resuelva su realización. “Deberá demostrarse que esa supuesta lesión altera su estado de ánimo no sólo cuando le toman indagatoria sino en forma permanente”, agregó la misma fuente.
No es la primera vez que Horacio Conzi muestra delirios místicos. Ya se mencionó que a una de las chicas que viajaban en el remise junto a Schenone, y que resultó herida, era pretendida y perseguida por el empresario gastronómico, quien le hacía alusión a imágenes místicas. También se había mencionado que antes del crimen ya decía estar redactando un libro para refutar las escrituras religiosas y demostrar aquello de que Jesús, en realidad, era uno de los 12 apóstoles.

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Horacio Conzi había dicho ante el fiscal que de la muerte del joven se enteró por Dios.
 
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