EL PAíS › KIRCHNER ELIGIO LA CONFRONTACION CON CARLOS MENEM
Duro con “el viejo fantasma”
El santacruceño cerró un acto ante cuadros del PJ bonaerense. Le habían sugerido moderación. Pero optó por un discurso muy duro eligiendo como blanco a Menem. Cuáles fueron sus dardos.
Por Martín Piqué
“Es un hombre de carácter”, lo definió Felipe Solá desde el escenario del pasaje Dardo Rocha, un largo salón de la gobernación con claraboyas en el techo y reminiscencias europeas. La descripción no pudo ser más justa, porque Néstor Kirchner desoyó las sugerencias de “moderación” que le habían hecho llegar algunos miembros del Gobierno y del gabinete. Ante una multitud compuesta por candidatos a diputados, legisladores, intendentes, concejales y consejeros escolares, Kirchner insistió con un discurso muy crítico con Carlos Menem. “Podrán decir en algún spot publicitario, llevado adelante por algún conductor menemista, que se me desvía la vista. Pero a mí no se me pierde la mano en la lata, como se les perdió a ellos a costa de todos los argentinos”, acusó, aunque sin nombrar explícitamente a Menem. La frase fue festejada con una de las pocas ovaciones de la tarde.
El acto de ayer en La Plata estaba anunciado como la presentación de las propuestas de la fórmula Kirchner-Scioli ante todos los dirigentes del PJ bonaerense. De hecho, el gobernador Solá ofició como anfitrión y cumplió con ese rol como si estuviera presentando a un desconocido ante un grupo de amigos bastante hermético. “Néstor Kirchner es un militante de muchos años, es un hombre que no hace nunca lo que no quiere hacer”, describió Solá al candidato a presidente. Luego el mandatario bonaerense analizó las tres fórmulas del PJ y chicaneó a los menemistas con un mensaje pensado para motivar a los cuadros y militantes del PJ bonaerense. “Quienes estamos en esta opción no tendremos que resignar ni historia, ni doctrina, ni futuro. Nosotros estamos donde queremos estar, compañeros”, destacó.
Después de las palabras de Solá –antes habían hablado Graciela Giannettasio y Daniel Scioli– se proyectaron unos videos de campaña que lo mostraban a Kirchner recorriendo fábricas entre imágenes de niños sonriendo y paisajes paradisíacos de Argentina. Todo acompañado por una canción que sonaba muy parecida a “Color esperanza” de Diego Torres y en su estribillo repetía “Lo que se viene”. Después el candidato se subió al estrado con el escudo peronista y comenzó su discurso. Con un tono nervioso, Kirchner aclaró rápidamente que no iba a cumplir con los deseos de quienes le aconsejaron “no hablar más del pasado”. “Muchos me dicen que sólo hable para adelante, pero yo no estoy de acuerdo. Los argentinos tenemos que tener mucha memoria. Porque atrás han quedado muchos excluidos abandonados por la clase dirigente”, aseguró desde el micrófono.
Allí quedó claro que Kirchner elegía de nuevo a Menem como adversario simbólico y como destinatario de casi todas sus críticas. Así, llamó “cobarde” al riojano y dijo que si estuviera en el Gobierno ya habría “convocado a los reservistas para ir a pelear contra un pueblo muerto de hambre (por Irak)”. “No voy a hacer como el viejo fantasma (otra feroz referencia a Menem) que cuando ve que su tiempo se agota vuelve a hablar de la revolución productiva y el salariazo como si fuéramos tontos”, cargó. El eje de su discurso era asociar al riojano con el pasado y asumirse como el portavoz de lo nuevo. A Rodríguez Saá sólo lo criticó por su promesa de instalar un tren bala de Buenos Aires-Mar del Plata. “No voy a hablar de tren bala para no faltarle el respeto a los argentinos”, aclaró.
Al momento de hablar de sus propuestas –que era lo que los bonaerenses habían ido a escuchar–, Kirchner no tuvo miedo de entrar en la polémica. Con un discurso bastante audaz y de claro perfil de centroizquierda, se animó a decir que “el mercado fracasó en la Argentina”. Luego estimó necesario transformar el sistema financiero para evitar que lleguen “capitales golondrinas” y prometió defender la banca pública. “Es verdad que el Estado empresario fracasó en la Argentina, pero también fracasó el mercado, y por eso hay que reconstruir el Estado”, analizó ante una ovación que comenzó con timidez y luego se fue animando.