Sábado, 3 de diciembre de 2011 | Hoy
SOCIEDAD › EL HOMBRE QUE LIDERó LA AGRESIóN A LOS DOCENTES ES UN BARRABRAVA DE DOCK SUD
El jueves “despejaron” un sector de la Legislatura para que entraran diputadas del PRO. Al frente estaba un hombre vinculado con La Doce y con la barra de Racing. Gremios docentes los denunciaron y dos legisladoras se presentaron como testigos.
Por Emilio Ruchansky
El muchacho de campera celeste y gorra negra que lideró la patota que atacó el jueves pasado a los docentes en la Legislatura porteña se llama Damián y le dicen “El Mudo”. Es parte de una facción muy violenta de la barrabrava del club Dock Sud, de la Primera C. Terminados los incidentes, este diario pudo fotografiarlo charlando junto a un empleado de seguridad de la Legislatura, antes de ordenar la retirada de sus muchachos. La agresión fue denunciada por el gremio docente Ademys y está caratulada como “lesiones” contra tres personas. “Si seguimos avanzando vamos a encontrar una asociación ilícita, y agravada, porque eran más de diez”, planteó el abogado de ese sindicato, Ricardo Gagliardi. Cuando lo consultaron sobre esta patota, el jefe de Gobierno Mauricio Macri aseguró que los docentes no dejaban entrar a sus legisladores al recinto. No tuvo una sola palabra de repudio a la agresión a los maestros.
“Es un hombre de (Néstor) El Pollo Dómene”, confirmó ayer un asiduo seguidor del Docke, equipo del partido bonaerense de Avellaneda, quien recordó al Mudo como uno de los laderos en la batalla campal de esta facción por quedarse con la barra brava de Racing: La Guardia Imperial. “Pero perdieron y fueron echados de Racing. Después se refugiaron en Dock Sud”, agregó. De acuerdo con fuentes judiciales, Dómene tiene varios antecedentes por violencia en el ámbito futbolístico y responde a Jaime Heredia, ex jefe de la barra de la Academia, condenado por el asesinato de un hincha de Independiente.
El último trabajo conocido del Mudo fue en la Feria de La Salada, en la parte de seguridad. “Hace rato que no está por acá. Vino un par de veces y no volvió más”, comentó a Página/12 un dirigente peronista, con fluidos contactos en esa feria. La foto que ilustra esta nota lo muestra sonriente en el Estadio Unico de La Plata, en un sector al que pudo llegar por sus relaciones con las Hinchadas Unidas Argentinas. Sin embargo, su trabajo en La Salada lo acerca a la barra de Boca en Lomas de Zamora, que domina gran parte de la seguridad de la feria y responde al histórico Rafael Di Zeo.
La presencia de antiguos barrabravas xeneixes en la Legislatura no es un secreto. Son empleados de planta permanente y se dedican con exclusividad a la seguridad. Su conducta corporativa hace que aún no se sepa el nombre del empleado de esa área que acompañó al Mudo, aunque ya rondan pedidos de informes sobre los incidentes. Dentro de la Legislatura también se vivió un clima tenso. “Hay personas sin uniforme de seguridad, no identificadas, que amedrentan y maltratan a los asesores y al personal”, señaló el jueves pasado Laura García Tuñón, legisladora de Buenos Aires para Todos.
García Tuñón y su par del ibarrismo, María Elena Naddeo, fueron las dos testigos que aportaron los dirigentes que denunciaron los ataques en la Comisaría 2ª de la Policía Federal. Ambas vieron desde los balcones de la Legislatura cómo el grupo liderado por El Mudo golpeaba a los docentes y formaba un corredor para que pasaran los legisladores macristas, que antes aguardaban en la portería del pasaje Roverano y en un bar que está en esa galería. A la denuncia de Ademys se sumará otra, la del sindicato UTE-Ctera, según adelantó su secretario general, Eduardo López.
Las tres personas que se presentaron como particulares damnificados son Jorge Adaro y Manuel Gutiérrez, integrantes de Ademys, y Javier Díaz, de la FUBA. Este último terminó con un moretón en el ojo, que ya mostró en el área de medicina legal de la Policía Federal. “Además se ligó varias patadas y trompadas cuando estaba en el piso”, detalló Gagliardi, el abogado de Ademys. Al frente de la investigación fue designada la fiscal Nancy Olivieri, que ayer recibió las primeras actuaciones del caso.
“Hay videos, fotos, patentes de los tres micros y testimonios. Además están las cámaras de seguridad de la zona. Si quieren investigar, pueden. Nosotros perdimos, se le dio sanción a la ley antipopular, pero queremos que se sepa cómo lo hicieron. Con esta patota de por medio”, dijo Néstor Di Milia, secretario adjunto de Ademys. El abogado del gremio insistió anoche en la peligrosidad de la patota, que portaba palos, cadenas y facas. “La verdad es que la sacamos muy barata”, agregó el letrado. Este sindicato hizo paro ayer en repudio a las agresiones sufridas.
Por su parte, Macri evitó opinar sobre el ataque de los barrabravas. Ayer, cuando le preguntaron, puso otro cassette: “Me dolió mucho lo que pasó ayer en la Legislatura, no dejando ingresar a los legisladores, agrediéndolos”.
La legisladora oficialista Victoria Morales Gorleri aseguró que los docentes la golpearon y la tiraron al piso, que se ensañaron con ella por ser impulsora del proyecto que elimina las Juntas de Clasificación Docente. No denunció el hecho ni presentó pruebas, habiendo tantas cámaras alrededor, observaron en Ademys.
“Esperemos, me dicen que en cinco minutos despejan y entramos”, le dijo el jueves pasado un asesor a su jefa legisladora macrista. Venía de hablar con personal de seguridad de la Legislatura porteña. Al rato cayó la patota, con bombos y banderas contra el gobierno, y a la misma hora que vendrían los manteros, con quienes los confundieron los docentes. Esta simulación, los micros ubicados estratégicamente para salir tras el apriete y el hecho de que un agente de seguridad despidiera amablemente al Mudo aumentan las sospechas sobre la relación de los barrabravas con el gobierno porteño, denunciada por los gremios docentes.
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