Lunes, 22 de octubre de 2012 | Hoy
SOCIEDAD › ANTONIO CAJAL FUE CONDENADO A PERPETUA POR MATAR A SU PAREJA Y SUS DOS HIJOS, PERO SIGUE LIBRE
El TOC N° 4 de Morón condenó a Cajal por matar a golpes a Lilian Fuño Rodríguez, embarazada, y sus dos hijos, Brian y Rocío. Está libre hasta que la sentencia quede firme. Los familiares reclaman.
Por Mariana Carbajal
El próximo 2 de noviembre se cumplen tres años de los asesinatos de Lilian Fuño Rodríguez y sus dos hijos, Brian Alejandro, de 6 años, y Rocío Ayelén, de 4. Lilian estaba embarazada de ocho meses. A los tres los sorprendió el horror en la tranquilidad de su casa. Ella cocinaba. Los niños jugaban. Por el triple crimen, el 9 de marzo de este año, fue condenado a prisión perpetua la pareja de Lilian y padre de las criaturas, Antonio Orlando Cajal, de 30 años. El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 4 de Morón consideró probado que Cajal fue el autor de tanto espanto. Sin embargo, lo dejó libre. Los jueces no ordenaron su detención hasta que el fallo quede firme. La apelación está en la Cámara de Casación, que todavía no se expidió. Los familiares de las víctimas, acompañados por numerosas organizaciones de defensa de los derechos de las mujeres, reclaman una urgente resolución judicial y que la condena sea efectiva. “Es una falta de respeto a mis sobrinos, a mi hermana. Nos da mucha bronca e impotencia, nos provoca mucha angustia ver al asesino de mi familia paseando por la calle, por tribunales, como si nada”, dijo a Página/12 la hermana de Lilian y tía de los chicos, Patricia Fuño. “Es un caso aberrante, cómo es posible que siga libre”, se preguntó la mujer.
Fue un femicidio anunciado. Lilian había denunciado a Cajal en marzo de 2008, es decir un año antes del triple crimen, en una comisaría de Morón, por violencia física y psicológica. En el expediente, a cargo del Tribunal de Familia Nº 3 Departamental, a fojas 111113 quedó asentado su testimonio. Lilian señaló en aquella oportunidad que su pareja “siempre fue una persona agresiva de manera verbal para con ella y en oportunidades lo ha hecho físicamente. (...) son continuos los insultos y las descalificaciones como mujer y como persona (...) en el día de ayer en circunstancias que se hallaban en su domicilio, a raíz de que sus hijos se encontraban peleando, el mismo se puso nervioso, por lo que comenzó a agredir a la denunciante y la empujó contra la pared. Que no es la primera vez que vive una situación como la relatada, por lo que solicita a la intervención se tomen medidas a su favor, ya que teme que cada vez la situación sea más grave y la familia de Cajal no tiene buenos antecedentes, al igual que él, ya que en una oportunidad agredió físicamente a su hermana...”
Pero Lilian y sus hijos no recibieron la protección que necesitaban. Fue un femicidio anunciado. Lilian tenía miedo de ser asesinada por los antecedentes familiares de su pareja: el padre de Cajal está preso en Corrientes por matar a su amante. Estos datos surgen de la sentencia que dictó el TOC N° 4 de Morón, el 9 de marzo, cuando lo condenó a perpetua, por encontrar que se reúnen los extremos necesarios para considerar probado que Cajal mató a su pareja y a sus dos hijos. De lo que concluye que es autor penalmente responsable de los delitos de homicidio reiterado en tres ocasiones, dos de ellos (los de sus hijos) agravados por el vínculo. El fallo lleva las firmas de los jueces Pedro Rodríguez, en calidad de presidente del Tribunal, Carlos Roberto Torti y Rodolfo Castañares.
Los homicidios ocurrieron el 2 de noviembre de 2009. Mató a los tres a golpes. Cuando fueron sorprendidos por su padre, “la niña estaba semidesnuda en la habitación común y el varón se encontraba jugando cartas infantiles con una aún en la mano, en tanto la madre estaba preparando la comida para ellos, a poco rato de haber hecho las compras como surge de lo declarado por los testigos. El cuadro no podía ser más bucólico y enternecedor, revelando la tremenda brutalidad del atacante”, dice la sentencia. De las pericias forenses surge que ninguno llegó a oponer resistencia, por la sorpresa del ataque. Cajal fue quien avisó a la policía, pero alegó que su familia había sido asesinada durante un robo a su casa. En el juicio quedó demostrado que siempre mintió.
Según pudo determinar el TOC N° 4, “el imputado y la víctima estaban en realidad enfrentados gravemente y abrigaban cuanto menos sentimientos encontrados el uno hacia el otro, una historia de infidelidades recíprocas y de separaciones, como también de agresiones físicas y verbales de él hacia ella”. Cajal eligió el camino de la violencia más extrema frente a las desavenencias con su pareja. Patricia Fuño declaró en el juicio oral que “las disputas eran fuertes y llegó a verle el labio partido a su hermana, y al preguntarle si había sido Antonio, ella le respondió que había sido un accidente sin darle detalles, no obstante en otra oportunidad al verle un moretón en el brazo, la nena (Rocío) misma dijo “‘papá le hizo eso’”. La familia está convencida de que Lilian volvía con su pareja porque “quería un techo para sus hijos”.
La hermana de Lilian y su mamá, Demetria Rodríguez, no pueden ahogar el dolor ante tanta pérdida. “Mató a mi hermana con una saña, una brutalidad sin tener piedad ni siquiera por su estado, un embarazo que llegaba casi a término, y tampoco piedad por sus propios hijos. No puedo dejar de pensar lo que pasó ese día. Lamento no haber estado ahí para defenderlos y no habernos dado cuenta del infierno que estaban viviendo Lilian y sus hijos... Es tan injusto lo que les pasó”, se angustia Patricia.
“Mi hermana hizo una denuncia en la Comisaría de la Mujer en Morón, pero no hicieron nada, quedo ahí. Lamentablemente la Justicia no actuó como debía cuando ella hizo la denuncia, y los terminaron matando. Y ahora nosotros como familia le estamos pidiendo a la Justicia que actúe, que haga firme la sentencia. Que el asesino de mi familia vaya preso, tiene que pagar por lo que hizo”, dice Patricia. Su familia vive en Villa Celina, partido de La Matanza.
Numerosas ONG acompañan el reclamo, entre ellas el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), cuya directora ejecutiva es la abogada Natalia Gherardi. “El motivo de mayor desazón para la familia es que con la condena a prisión perpetua este hombre igual está libre. Dice la sentencia que respecto del pedido de prisión preventiva el Tribunal decide no hacerle lugar porque sería adelantar el cumplimiento de la condena y hasta tanto no haya sentencia firme hay presunción de inocencia. Por eso lo deja en libertad mientras tramita la apelación en la Cámara de Casación, aunque ordena disponer la prohibición de salida del territorio nacional notificando a Migraciones. Esto es así porque el Código Procesal Penal permite a los jueces disponer que se aplique la pena en forma inmediata, pero no los obliga. Creo que podemos preguntarnos si esto tiene sentido en algunos delitos, con ciertas penas involucradas, pero que parece menos razonable en un caso de tres homicidios con una pena de prisión perpetua”, señaló Gherardi, en diálogo con este diario. Patricia contó que también acompañan su pedido La Casa del Encuentro, Madres del Dolor, Alberto Linares, coordinador de la Unidad de Intervención en Victimología del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, la Fundación Agenda de las Mujeres, Grupo Despegar, la Red de Mujeres de La Matanza, Fundación 9 Mujeres de Monte Grande, la Hermana Martha Pelloni y la Red Infancia Perdida, la Comisión de Mujeres de Quilmes-Berazategui y Varela, y Mujeres del Sur, entre otras entidades.
El 4 de octubre hubo una audiencia en la Cámara de Casación por el caso. La apelación está en manos de la Sala 3, integrada por los jueces Víctor Violini, Daniel Carral y Ricardo Borinsky. La familia de Lilian espera una pronta resolución.
Mientras tanto, Cajal –que nació en Atlanta, Estados Unidos, y se gana la vida haciendo tareas de mantenimiento y pintura– vive en Ituzaingó y sigue con su vida como si nada hubiera ocurrido.
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