Durante varios minutos, una bolsa negra de las de basura permaneció en una esquina de General Rodríguez, y nadie se la llevó. Tenía 200 mil pesos, que eran el rescate por la vida del adolescente Facundo Laffont, secuestrado desde hace diez días. El pago quedó así frustrado, y los investigadores sospechan que quienes habían pedido este rescate no eran los autores del secuestro, sino otra banda que quiso “mejicanearlos”.
En la madrugada de ayer, los padres de Facundo, en su auto, fueron guiados por teléfono celular hacia distintos puntos del conurbano bonaerense, para pagar un rescate que, tras un pedido inicial de un millón de dólares, se había convenido en 200 mil pesos. El dinero estaba en una bolsa de consorcio, negra.
Finalmente, cuando estaban en General Rodríguez, la voz en el celular les indicó que dejaran la plata en una esquina. Pero nadie se la llevó.
Fuentes vinculadas con la investigación –que se efectúa de oficio porque los familiares no hicieron la denuncia– estimaron que el intento de cobro no fue realizado por los secuestradores sino por “algún otro delincuente”, ya que la voz masculina que convino el pago era diferente de la que se había comunicado en oportunidades anteriores.
Facundo, de 14 años, fue secuestrado el lunes de la semana pasada a una cuadra de su casa, en la ciudad de Luján, cuando iba hacia el colegio en el auto del padre de un compañero. Sus captores dejaron en el auto una nota donde pedían un millón de dólares para liberarlo.
En los días siguientes, los secuestradores hicieron al menos cuatro llamadas telefónicas a la familia, y dieron una prueba de vida de su cautivo: un casete con la voz de Facundo, que refería detalles de la vida de la familia. Los familiares negociaron el monto del rescate, que fue bajando a 200 mil y después a 150 mil dólares. El acuerdo en 200 mil, pero en pesos, habría obedecido a un intento de “mejicanear” el dinero a los secuestradores por parte de otra banda delictiva, que por algún motivo se habría abstenido de llegar hasta el final.