La Justicia condenó a prisión perpetua a cinco de los imputados por el secuestro y asesinato de Matías Berardi (16), ocurrido en septiembre de 2010. Otros cinco acusados recibieron penas que van de los 18 a los 24 años, mientras que fue absuelta una joven que, al momento de los hechos, tenía 17 años, uno más que la víctima. El caso tiene un plus dramático si se recuerda que el chico Berardi había logrado escapar del cautiverio, en la zona de Benavídez, pero cuando pidió auxilio a los vecinos del barrio, nadie le creyó cuando dijo que era víctima de un secuestro y fue recapturado por los ahora condenados, que lo asesinaron de dos balazos sin cobrar rescate alguno. María Inés Davero, la madre de Matías, se mostró conforme, en forma parcial, con la sentencia: “Se dio perpetua a la mayoría de los acusados, pero absolvieron a la menor. Es un tema controvertido, espero que el Estado se haga cargo de ella” (ver aparte).

El fallo fue dictado ayer por el Tribunal Oral Federal Nº 3 de San Martín, integrado por los jueces Elbio Osores Soler, Lidia Soto y Germán Castelli, quienes calificaron el hecho como “secuestro extorsivo agravado por el empleo de armas de fuego, por haberse cometido en perjuicio de un menor de 18 años, por el número de intervinientes y por haberse causado intencionalmente la muerte de la víctima”.

Los condenados a prisión perpetua son el herrero Richard Fabián Souto (46 años), su concuñado Néstor Facundo “el Chino” Maidana (25), Damián Sack (26), Gabriel Raúl “Larry” Figueroa (27) y Gonzalo Hernán Alvarez (34). Además, se aplicaron penas a la esposa del herrero Souto, Ana Moyano (41), sentenciada a 24 años de prisión; su hija Jennifer Souto (21), a 17 años; su cuñada Celeste Moyano (29), a 19 años; Federico Esteban Maidana (30), a 21 años, y Elías Emanuel Vivas (22), a 18 años.

“Esto no es justicia, no le mientan a la familia”, gritó una de las mujeres que estaban en el banquillo de los acusados, al escuchar la lectura de las condenas. La mujer, con una crisis de nervios y llorando, fue retirada de la sala por personal penitenciario. La intervención de la imputada provocó conmoción entre los padres y amigos de la víctima.

El defensor de la familia, Eduardo Durañona, anticipó que apelará prácticamente todo el fallo. Recordó que la parte querellante había solicitado “reclusión por tiempo indeterminado” y no prisión perpetua, y también se mostró en desacuerdo con la absolución de la hija menor de la familia imputada. De todos modos, valoró que varios de los condenados hayan sido considerados “reincidentes” (esto ocurrió en los casos de Alvarez, Figueroa y Néstor Maidana) porque “siempre cuando venían los testigos decían que la manera de ‘trabajar’ era delinquiendo, lo cual es terrible para una sociedad”.

Matías Berardi fue secuestrado a las 5.30 del 28 de septiembre de 2010 en el cruce de Ruta 26 y Panamericana, en Ingeniero Maschwitz, partido de Escobar, cuando bajó de una combi en la que regresaba a su casa de una fiesta de egresados en la Capital Federal. A las 6.20, los secuestradores comenzaron una serie de ocho llamados extorsivos. La víctima fue obligada a comunicarles a sus padres que estaba secuestrado y que pedían por él un rescate de 30 mil pesos.

Los autores del hecho trasladaron a Berardi al taller que Souto tenía en avenida Sarmiento 407, de Benavídez, partido de Tigre. Lo tuvieron atado y vendado en el baño. Luego de pasar 14 horas cautivo, Matías logró escapar y pidió ayuda entre los vecinos del barrio, a quienes les comentó lo que le estaba sucediendo. Nadie le dio refugio porque no le creyeron.

Cuando lo recapturaron, en las puertas del cementerio local, las mujeres de la familia autora del secuestro salieron a la calle gritando que Matías era un ladrón que había intentado robarles. Lo asesinaron en un descampado a 300 metros de la Ruta 6, a la altura de Campana. Le tiraron dos veces con una pistola calibre 11,25. Una de las balas entró por el omóplato derecho y le provocó la muerte.

Tres integrantes de la banda que mató a Matías Berardi también fueron condenados ayer por el secuestro de un peluquero que estuvo cinco días cautivo en el mismo baño de la misma herrería de Benavídez. Son ellos Richard Souto, su esposa Ana Moyano y El Chino Maidana, quienes fueron encontrados responsables del secuestro extorsivo agravado de Augusto Castillo, ocurrido un mes antes que el de Berardi.

En el juicio oral, Castillo explicó que fue secuestrado en agosto de 2010, y que lo capturaron en inmediaciones de Panamericana y Ruta 26 de Ingeniero Maschwitz, cuando salía de la peluquería donde trabaja. Varios hombres armados lo introdujeron en un Peugeot 206 gris, igual al secuestrado a uno de los imputados. El peluquero reconoció por la voz a Maidana como uno de sus captores.

La primera noche la pasó encerrado en el baúl de ese auto. Después le colocaron una venda y lo encerraron en un baño, tras lo cual pidieron un rescate de 150.000 pesos. No se pagó porque lo liberaron al intervenir la policía. El peluquero reconoció el baño donde estuvo encerrado, dentro del galpón donde funcionaba la herrería de la avenida Sarmiento.