SOCIEDAD › UNA ENCUESTA DE LA UBA ENTRE PROSTITUTAS Y PERSONAS TRANS
La encuesta, realizada en 2012 sobre 2719 personas en todo el país, indica que en los grupos de mayor riesgo (mujeres en situación de prostitución y grupos trans) hay un alto conocimiento sobre el VIH, pero mantienen una persistente discriminación.
› Por Mariana Carbajal
Un alto conocimiento sobre cómo se transmite el VIH, una persistente discriminación social y precariedad laboral, sobre todo, entre mujeres en situación de prostitución y personas trans. Estas son las principales conclusiones de la primera encuesta integral, a nivel nacional, sobre condiciones de vida y comportamientos entre la población que se considera más vulnerable ante la infección por el VIH: usuarios de drogas, gays y otros hombres que tienen sexo con hombres (HSH), personas trans y mujeres en prostitución. La encuesta, coordinada desde la UBA, abarcó a 2719 personas y fue realizada durante 2012 en todas las regiones del país con la colaboración de 16 organizaciones no gubernamentales. Otro dato interesante que surge del relevamiento es que los medios de comunicación son la principal fuente de información sobre VIH para todos los grupos encuestados.
“Los datos de este estudio muestran la complejidad de la vulnerabilidad al VIH”, destacó el investigador del Conicet y del Instituto Gino Germani de la UBA, Mario Pecheny, quien estuvo al frente del equipo que procesó y analizó los datos junto a Hernán Manzelli, sociólogo, del Centro de Estudios de Población (Cenep). La mayoría de los encuestados, aun con bajo nivel de instrucción, tienen buena información sobre vías de transmisión y prevención del VIH, y se cuidan en general en sus relaciones sexuales, apuntó Pecheny.
–Entonces, ¿por qué siguen siendo especialmente vulnerables?, preguntó este diario.
–Los datos muestran que las campañas han sido exitosas, pues la gente básicamente sabe cómo se transmite el VIH, pero al mismo tiempo subsisten algunos núcleos duros de desinformación que pueden tanto colaborar en la transmisión del virus como en conductas discriminatorias basadas en el desconocimiento. Por ejemplo: prácticamente todos saben que el VIH se transmite mediante relaciones sexuales no protegidas y mediante el uso inyectable de drogas cuando se comparte equipo y sustancia. Pero un tercio de la muestra no reconoce el riesgo de transmisión madrehijo/a, y entre diez y veinte por ciento de los encuestados tienen visiones erróneas sobre la transmisión al compartir el mate o la comida con una persona viviendo con VIH, o por picadura de mosquitos, o piensan que una maestra con VIH no debería dar clase. ¿Por qué decimos que hay situaciones estructurales de vulnerabilidad mayores en determinadas poblaciones? Porque siguen existiendo condiciones de vulnerabilidad individual, social, y programática, relacionada con el papel más o menos activo del Estado en reducir las condiciones de riesgo, o en promoverlas, sobre las cuales es necesario intervenir.
El estudio se hizo en el marco del Programa Cerrando Brechas hacia el Acceso Universal de cinco años de duración, orientado a reducir la propagación del VIH/SIDA en los grupos de Población en Mayor Riesgo (Pemar), bajo la órbita de Ubatec, y con financiamiento del Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la Tuberculosis y la Malaria. Manzzeli destacó la importancia de la muestra, que alcanzó un número “considerable” de casos y se realizó en todo el país. “Vale la pena tener en cuenta que son poblaciones difíciles de alcanzar mediante encuestas, y que se requiere de todo un trabajo de mapear los espacios en donde se pueden encontrar, y contarlas mediante redes”, agregó, La transmisión del VIH por la vía de las relaciones sexuales desprotegidas es la de mayor impacto en la Argentina, recordaron los investigadores. Una última relación sexual no protegida con una pareja ocasional tuvo el 13 por ciento de la muestra, con variaciones importantes según la población: 27 por ciento de quienes usan drogas, 15 por ciento de las trans, 12 por ciento de los HSH, pero sólo el 6 por ciento de las mujeres en situación de prostitución.
Los resultados del relevamiento fueron presentados en el seminario internacional Desigualdad y Movilidad Social en América latina, realizado en la ciudad de Mendoza. Entre sus principales conclusiones se destacan además los siguientes ejes:
- Fuerte discriminación: La mitad de los encuestados se sintió discriminado alguna vez. Mayor discriminación refieren las trans: 69,7 por ciento. Los principales motivos: Por orientación sexual e identidad de género, casi dos tercios (entre LGTB); por aspecto físico 46,6 por ciento (entre usuarios de drogas, el 55,2 por ciento); por forma de pensar, 46,2 por ciento (entre usuarios de drogas, 56,4 por ciento).
- Trans y mujeres en situación de prostitución, con condiciones laborales precarias: La amplia mayoría “trabaja” por cuenta propia, en prostitución, al no ser aceptadas en empleos formales, y no cuenta con aportes jubilatorios. En esta última situación se encuentra 6 de cada 10 encuestados de la muestra total.
- Alto conocimiento sobre los modos de transmisión del VIH/Sida: 9 de cada diez identifica correctamente el riesgo de transmisión del VIH en relaciones sexuales sin preservativos, y la vía mediante el uso inyectable compartido de drogas.
- Al mismo tiempo, se observa desconocimiento sobre vías de no transmisión (mitos): ejemplo, 16 por ciento cree riesgosas las picaduras de mosquitos y 10 por ciento, el compartir una comida, y 9 por ciento, el mate, con una persona con VIH.
- También surge desconocimiento sobre transmisión del VIH en el embarazo. Un tercio no identifica la posibilidad de la transmisión del VIH de madre a hijo/a durante la gestación. “Esto es preocupante, ya que existen medios de prevención del VIH si es detectado a tiempo”, advierten los investigadores.
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