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Paula Salinas, la chica que sobrevivió al arrojarse de un remís en movimiento en la avenida Lugones, en un episodio en el que murió una amiga suya, fue dada de alta ayer de la clínica donde estaba internada desde hace 21 días. El abogado Roberto Durrieieau (h), que representa a la familia de la chica de 18 años, informó que Paula continuará “con tratamiento psiquiátrico y médico constante en su casa”. Los especialistas que atienden a la joven que estuvo 11 días en coma farmacológico resolverán hoy si está en condiciones de declarar en la causa por la que está preso el remisero Daniel Petruf. “Los especialistas deben evaluar cuándo es conveniente que Paula declare sin que esto le afecte su desarrollo”, explicó el letrado. El viernes, el padre de Paula declaró que su hija tomó la decisión de arrojarse del remís en la avenida Lugones porque el chofer no respondía a los pedidos de bajar la velocidad, no le contestaba y además tenía “los ojos desorbitados”. La declaración de Guillermo Salinas se basó en lo que le contó su hija antes de entrar en coma farmacológico. Las chicas volvían de un boliche en San Isidro en dirección a su casa. Teresa Bottino, amiga de Paula, falleció como consecuencia de los golpes recibidos al arrojarse del auto. El chofer del remís, que se encuentra detenido y procesado por privación ilegítima de la libertad, homicidio culposo y lesiones graves, argumentó en su defensa que sufrió mientras conducía un ataque de epilepsia.