Jueves, 12 de diciembre de 2013 | Hoy
SOCIEDAD › LA HISTORIA DE UN TRABAJADOR RURAL FALLECIDO EN UN HOTEL DEL GREMIO DE MOMO VENEGAS
El caso ilustra la desaprensión que sufren los afiliados a Uatre. Enfermo de cáncer, murió en un hotel en Buenos Aires. Fue enviado a Santa Cruz sin certificado de defunción ni papeles para el traslado. Llegó en avanzado estado de descomposición. Las irregularidades.
Por Sebastián Premici
Gumercindo Alvarado era peón rural, dedicado a la cría de ovejas en Santa Cruz, en la Estancia Güer Aike. Tenía 57 años y un cáncer de pulmón. El sábado 30 de noviembre murió en una habitación del Hotel Facón Grande (CABA), que pertenece al gremio de Uatre, conducido por Gerónimo “Momo” Venegas. El cuerpo recorrió 3000 kilómetros en una Trafic, dentro de una bolsa, sin certificado de defunción ni los papeles legales necesarios para cualquier traslado. La Comisaría 1ª, que actuó esa noche, elaboró el expediente de exposición N° 8011 y junto al médico de la empresa Vital informaron a la Fiscalía de Instrucción N° 38 que no había nada raro en el deceso. Sin embargo, el cuerpo de Gumercindo Alvarado llegó a Santa Cruz tres días después, solamente con una fotocopia de su DNI, y en estado de avanzada descomposición.
Los dueños de la cochería Ilhero de Río Gallegos no quisieron recibir el cuerpo por las condiciones en que había llegado, sin certificado de defunción ni documento sanitario por el traslado desde Buenos Aires. Los directivos de la estancia Güer Aike, la empresa donde trabajaba Gumercindo, tuvieron que gestionar el resguardo del cuerpo en la morgue judicial provincial, hasta que llegó un fax desde Buenos Aires y la cochería se hizo cargo.
Gumercindo había viajado a Buenos Aires la semana del 20 de octubre para tratarse de un cáncer de pulmón en la clínica San José, donde el servicio de oncología sólo funciona como hospital de día, es decir, sin internación permanente. Por eso Gumercindo, registrado como peón rural desde 2004, estaba en el Hotel Facón Grande al momento de morir. El número de afiliado a la Uatre era el 174.832. Hace tres meses le habían detectado un cáncer de pulmón. Luego de cierto peregrinar por Río Gallegos para ser atendido por algún prestador de Osprera, consiguió el traslado a Buenos Aires, donde murió el 30 de noviembre, algo previsible para la familia. Entonces, ¿por qué la Uatre lo despachó sin certificado de defunción, por tierra, y sin la documentación correspondiente para el traslado?
La noche del sábado 30 de noviembre acudió a Facón Grande la Comisaría 1ª, que tiene jurisdicción sobre la calle Reconquista al 600, donde está ubicado el hotel. Este diario consultó con el responsable de judiciales si un fallecimiento producido en un hotel no ameritaba una derivación a una fiscalía. El funcionario sostuvo que sí y que resultaba “raro” que no se haya procedido de tal manera. Después, Página/12 pudo averiguar, a través del Ministerio de Seguridad, que la versión policial era otra.
El principal a cargo de judiciales informó que no habían realizado un sumario sobre este fallecimiento, pero que sí hubo una intervención de la fiscalía, a través de un médico de la empresa Vital, quien certificó que fue una muerte natural. De ahí que se labró el expediente de exposición N° 8011. Sin embargo, el cuerpo de Gumercindo salió de Facón Grande sin ningún tipo de documentación.
“Si actuó una comisaría es porque ‘algo sucedió’. Si no, no se llama a la policía y directamente un médico declara la muerte. También puede ocurrir que sospecharan de algo en una primera instancia pero luego, tras la certificación del médico, dejaran sin efecto la intervención judicial. Pero todo esto tiene que estar documentado. Un cuerpo así puede ser objeto de un delito o mala praxis”, explicó a este diario un abogado penal. Desde Osprera indicaron a este diario que muchos trabajadores rurales con problemas de salud son derivados a Buenos Aires y terminan alojados en Facón Grande. La misma fuente sostuvo que el deceso de Alvarado no le parecía algo extraordinario, sino que “muchos suelen morirse en el hotel” producto de sus enfermedades. ¿Cuál es la responsabilidad de la obra social de Uatre, al tener pacientes con alguna enfermedad avanzada internados en su hotel y no en alguna clínica especializada? Desde la cochería Ilhero indicaron a este diario que en 35 años de experiencia nunca habían recibido un cuerpo en estado de descomposición y sin la documentación correspondiente. Incluso, la Trafic que se utilizó tuvo que atravesar tres provincias, en las que se encuentran los puestos sanitarios del Senasa, por lo que resulta llamativo que no hayan detectado nada sospechoso. Gumercindo salió directamente de Facón Grande en la noche del sábado 30 de noviembre, por lo que todas las preguntas e interrogantes sobre las 30 horas posteriores a su fallecimiento apuntan a la gestión de Osprera, cuyo presidente es el Momo Venegas.
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