Jueves, 9 de enero de 2014 | Hoy
SOCIEDAD › UNA PISTA EN MAR DEL PLATA PARA INCULCAR LAS NORMAS DE TRANSITO
Entre YPF y la Agencia Nacional de Seguridad Vial montaron en la Plaza Mitre una pista para que los chicos manejen kartings y vayan incorporando los peligros que se enfrentan al conducir incumpliendo las reglamentaciones de tránsito.
Por Carlos Rodríguez
Desde Mar del Plata
La plaza Mitre, en Colón e Hipólito Yrigoyen, se ha convertido en uno de los paseos favoritos de los chicos de entre 7 y 12 años. Aunque el escenario, que consta de una miniestación de servicio y una pista en formato oval, ha sido diseñado con la idea de brindar información a chicos y grandes sobre la importancia de respetar las normas de tránsito, el clima que se vive allí es el de un parque de diversiones. En ese lugar, siempre jugando, los niños empiezan a tomar conciencia sobre la importancia de cosas tan elementales como usar el cinturón de seguridad, el casco y acerca del riesgo que corren las personas cuando chocan los vehículos en los que viajan en forma habitual. La nueva atracción se llama “Ases al volante”, porque los chicos, siempre que tengan las piernas lo suficientemente largas, pueden subirse a una decena de kartings a pedal con los que empiezan a entender el riesgo que significa manejar a altas velocidades, violar la luz roja del semáforo y doblar antes de que doble la esquina.
“La primera regla es no quitar nunca las manos del volante, la segunda es que nunca tenemos que chocar y la tercera, para evitar los choques, es no pasar al otro auto cuando se llega a las curvas.” El coordinador de la actividad –educativa y divertida a la vez– brinda las instrucciones con tono de maestro ante los alumnos y varias veces, como si fuera un oficial de tránsito de pocas pulgas, interrumpe el paso de algún conductor intrépido y lo deja seguir recién después de escuchar un nuevo sermón. La pista y la estación de servicio, que seguirán abiertas hasta el 28 de febrero todos los días en el horario de 16 a 24, fueron montadas por YPF, en colaboración con el Ministerio de Interior y Transporte, a través de la Agencia Nacional de Seguridad Vial.
“Lo que hacemos, además de ayudar a los chicos, es entregarles folletería a ellos, y a sus padres, para tratar de ir sembrando conciencia sobre la necesidad de evitar las altas velocidades y de respetar las normas de tránsito, así como de la obligación de tomar medidas de seguridad como colocarse el cinturón, no hablar por celular cuando se maneja y de usar el casco para los que viajan en moto”, le explica a Página/12 Juan Gioffré, uno de los coordinadores de la actividad en la Plaza Mitre.
Los jóvenes que participan en la organización cuentan anécdotas que señalarían que los chicos toman al pie de la letra las indicaciones que reciben y que tratan de influir sobre sus padres: “Algunos chicos, cuando se bajan del karting, luego de escuchar todas las recomendaciones, van hacia donde está la mamá o el papá y le reprochan: ‘Vos nunca te ponés el cinturón de seguridad’ o ‘vos hablás por celular mientras estás manejando’”. Gioffré admite que se trata de una tarea “larga y complicada, pero que es muy necesario encarar para mejor los problemas del tránsito en la Argentina”. Algunas encuestas dicen que los accidentes de tránsito son la principal causa de muerte en personas menores de 35 años y la tercera si se tiene en cuenta el total de los fallecimientos por año.
Antes o después de andar sobre un karting, los chicos y algunos padres, “dialogan” con Maxi, uno de los personajes creados por YPF en la campaña por mejorar la conducta de los automovilistas. El muñeco, de movimientos robóticos, manejado desde el interior de una cabina por uno de los empleados, entabla largas conversaciones con los más parlanchines, a los que ponen a prueba sobre los conocimientos, en materia de normas de tránsito, que han adquirido durante la recorrida por la Plaza Mitre. Los niños juegan también con Coco y con Mona, los “autos” responsables que respetan las velocidades máximas y todo lo que hay que hacer para tener mayor seguridad cuando se está al volante de un vehículo.
Más allá de las recomendaciones y de la obviedad de la falta de experiencia en la materia, algunos chicos, sobre todo los más inquietos, demuestran un fuerte afán competitivo cuando están arriba del karting que los lleva a querer “ganar la carrera” cueste lo que cueste. “Son cuestiones que tienen que ver con nuestra idiosincrasia, con muchas lecciones mal aprendidas que se transmiten de padres a hijos, por eso es necesario que la educación vial empiece en la escuela primaria”, le comenta a este diario uno de los instructores de manejo que ha dialogado con los niños que, por centenares, pasan a diario por el nuevo escenario marplatense.
“Pará, Alan, pará, vas primero, no hace falta que dobles de esa manera”, le grita un padre a su hijo, cuando lo ve doblar las curvas como si estuviera en la pista de Indianápolis. El chico, lejos de escucharlo, saluda cada vez que pasa frente al puesto de control familiar, como si estuviese a punto de subir al escalón más alto del podio. “Muy bien, Paloma, muy bien”, aplaude un tío a su sobrina, que domina su karting como si hubiera sido su cuna, además de mantener una conducta intachable en cuanto al respeto a las normas de tránsito.
Los chicos, además de recibir una “licencia nacional de conducir” que lleva su nombre y su fotografía, tienen la posibilidad de “trabajar” en la estación de servicio, participar en juegos interactivos donde aprenden a conocer y comprender las señales de tránsito y responder las preguntas que figuran en una revista que reciben durante la visita. Todos los niños se fueron contentos, menos Lalo, de apenas cuatro años, que nunca pudo llegar a los pedales con sus piernas cortas y a pesar del esfuerzo por tratar de lograrlo.
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