SOCIEDAD › YA SON 64 LAS MUERTES CONFIRMADAS

Detenciones por el ferry

La presidenta de Corea del Sur comparó lo actuado por el
capitán del ferry con homicidios. Ayer detuvieron a otros cuatro tripulantes y suman siete en total. Son 238 los desaparecidos.

Otros cuatro tripulantes del ferry Sewol, hundido el miércoles pasado en el sudoeste de Corea, fueron detenidos para interrogarlos sobre la evacuación. La presidenta de Corea del Sur, Park Geun Hye, equiparó la actitud del capitán del ferry Sewol con la de homicidio. Ya fueron confirmadas 64 muertes. “La conducta del capitán y de algunos de los miembros de la tripulación es completamente insondable desde el punto de vista del sentido común. Es como un acto de asesinato que no se puede ni se debe tolerar”, dijo la mandataria, según consignó la agencia local Yonhap.

La jefa de Estado indicó que la máxima autoridad del barco “no cumplió con las órdenes de evacuación de pasajeros y escapó mientras ordenaba que otros mantengan sus asientos, algo incomprensible legal o éticamente”. El sábado, el capitán del Sewol fue detenido por abandonar presuntamente el barco sin asegurar la puesta a salvo de los pasajeros, tal y como muestran las imágenes de su evacuación. También fueron arrestados un timonel de 55 años y la tercera oficial de 26 años, de apellido Park, la que –según las primeras indagaciones– estaba a cargo del timón poco antes del accidente.

El gobierno coreano informó que la cantidad de muertos por el naufragio aumentó a 64, mientras que son 238 los desaparecidos. Los buzos siguen trabajando en el operativo de rescate en el lugar del hundimiento, a unos 20 kilómetros de la isla de Byungpoong, en el sudoeste del país asiático.

De forma paralela, la policía está analizando los mensajes de textos enviados por los pasajeros, intentando reconstruir la situación para dilucidar las razones del incidente. La teoría más firme es que el barco volcó tras un giro brusco que desplazó a un lado 180 vehículos y 1157 toneladas de carga, aunque en un principio la hipótesis fue la de una colisión con una roca o un arrecife submarino.

“Los actos del capitán y de ciertos miembros de la tripulación son totalmente incomprensibles, inaceptables y equivalen a un homicidio”, declaró la presidenta Park Geun Hye. “No sólo yo, todos los surcoreanos tenemos el corazón roto, bajo la conmoción, y henchido de cólera”, agregó, mientras continuaban el lunes las operaciones de rescate de las decenas de cuerpos que se hallan en el interior del ferry.

La policía detuvo el lunes a tres oficiales y un mecánico para interrogarlos sobre las circunstancias del drama. El sábado había detenido al capitán, Lee Joonseok, y a dos miembros de la tripulación, uno de ellos un oficial subalterno con poca experiencia que iba al timón en el momento del accidente. Todos son acusados de negligencia, fallos en la seguridad de los pasajeros y violación del código marítimo.

La transcripción publicada el domingo de las comunicaciones con las autoridades marítimas muestran a una tripulación aterrorizada, incapaz de tomar una decisión cuando el Sewol, inmovilizado tras un choque, se estaba hundiendo. Las autoridades desde tierra ordenan a la tripulación que se asegure de que todos lleven un chaleco salvavidas, mientras que a bordo la tripulación pregunta con angustia creciente cuándo van a llegar los barcos de auxilio.

“Que se pongan por lo menos un salvavidas para que puedan flotar. ¡Enseguida!”, grita un responsable desde tierra. Cada vez se hace más evidente que el capitán del barco, Lee Joonseok, de 59 años y muchos de experiencia, retrasó demasiado la evacuación del ferry y luego dejó el barco cuando cientos de personas seguían atrapados a bordo, estimó la presidenta. Esto supera completamente la imaginación, desde un punto de vista legal y moral”, declaró Park.

La investigación examinará todas las partes implicadas, desde los inspectores encargados de la seguridad hasta la tripulación, pasando por los dueños del ferry, precisó. También los mensajes enviados por los alumnos a sus padres.

Uno de esos mensajes, conocido poco después de la catástrofe, lo mandó una muchacha a su padre, identificado con el nombre de Shin. “Papá, no te preocupes. Llevo el chaleco salvavidas y estoy con las otras chicas. Estamos en el barco, en el corredor”, decía el mensaje. Su padre le ordena salir como sea pero es demasiado tarde. “Papá, no puedo. El barco se inclina demasiado. El pasillo está lleno de gente”, dice ella en su último mensaje.

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Los buzos siguen las tareas de búsqueda de cuerpos dentro del ferry.
 
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