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Al menos seis personas perdieron la vida y otras once resultaron heridas al desmoronarse ayer un edificio de cuatro pisos en la periferia de París. El derrumbe fue producto de una explosión cuyo origen estaría vinculado a una fuga de gas, aunque no hubo confirmación por parte de las autoridades. Unos cincuenta bomberos continuaban con los trabajos de búsqueda de sobrevivientes.

“Dos nuevos cadáveres fueron encontrados. Por ahora hay seis fallecidos”, informó anoche el alcalde de Rosny-sous-Bois, Claude Capillon. Las víctimas eran un adolescente y un adulto, que se sumaron a dos mujeres de unos 40 años, un adolescente de entre 14 y 18 años y un niño de alrededor de diez años, cuyos cuerpos fueron encontrados más temprano.

La explosión se produjo a las 7 y destrozó la fachada y dejó al descubierto el interior de los apartamentos de un edificio situado en la localidad de Rosny-sous-Bois, en la periferia nordeste de París. Producto del derrumbe, una decena de personas resultó heridas, cuatro de ellas en estado grave.

Unos cincuenta bomberos continuaban los trabajos de búsqueda de supervivientes. Según el general Gaëtan de Raucourt, comandante de la brigada de bomberos de París, los socorristas descubrieron “bolsas de aire”, donde “las personas pueden haberse refugiado”.

El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, indicó que se trató de “una explosión aparentemente provocada por una fuga de gas”. La fiscalía de Bobigny, encargada del caso, se mostró más prudente al señalar que no podía indicarse “con seguridad” que la explosión estaba vinculada a una fuga de gas.

El comandante indicó que la empresa de electricidad ERDF llevaba a cabo trabajos en la zona. Según la compañía, encargada también de la distribución de gas, “no se señaló con anterioridad ninguna fuga”. “Una hipótesis es que (la tragedia) estaría vinculada a trabajos de colocación de cables en el perímetro”, añadió un portavoz.