Sábado, 11 de julio de 2015 | Hoy
SOCIEDAD › NUEVAS EVIDENCIAS EN EL CASO CHIARA
En la investigación del crimen de Chiara Páez, la santafesina de 14 años embarazada que a principios de mayo fue encontrada enterrada en casa de su novio, Manuel, de 16, en Rufino, la fiscalía informó que fueron hallados rastros de sangre en el cuarto del joven y otros ambientes del lugar. Esas evidencias, informó el Ministerio Público de la Acusación santafesino, refuerzan la línea de investigación llevada adelante por el fiscal Mauricio Clavero. “Las nuevas pruebas nos permitirían corroborar la hipótesis que venimos sosteniendo desde la Fiscalía: la participación de las dos personas que están imputadas y privadas de su libertad”, explicó el funcionario judicial en referencia a Carolina G., madre del novio de Chiara, y Carlos C., su pareja, que cumplen prisión preventiva sin plazo por “homicidio agravado por el vínculo, femicidio y aborto no consentido por la víctima en calidad de partícipes necesarios”.
La prueba de luminol, que se realizó en la casa de Manuel el miércoles pasado a primera hora de la noche, determinó que “son de sangre las salpicaduras encontradas en los muebles y en el piso de la habitación del menor de 16 años que era el novio de la víctima, y en el piso de distintos ambientes de la casa”. Al mismo tiempo que se practicó la búsqueda e identificación de esas huellas, el fiscal ordenó una nueva inspección ocular en la casa, para contrastar con el testimonio que Manuel dio en sede judicial, según el cual cometió el femicidio solo, sin ayuda, en el patio y el taller de la casa, y con la luz apagada.
“Todos los resultados que obtengamos de las nuevas pruebas llevadas a cabo serán remitidos a peritos para que determinen si la víctima pudo haber sido llevada de un lugar a otro, y cómo pudo haberse hecho el traslado”, detalló el fiscal Clavero. Las nuevas evidencias, reafirmó, “nos permitirían corroborar la hipótesis que venimos sosteniendo desde la Fiscalía”, acerca de que el joven no podría haber cometido el asesinato sin ayuda, ni tampoco haber enterrado el cuerpo de su novia en el patio de la casa sin asistencia de nadie.
De momento, la hipótesis de la fiscalía es que el femicidio se desarrolló en distintos espacios de la casa. “Habría dos escenas del crimen: una es el taller y el patio de la casa; y la otra sería la habitación del novio de la víctima”, explicó Clavero.
Por otra parte, todavía están pendientes los resultados de los estudios de ADN sobre los cabellos hallados en la mano de Chiara, que fueron enviados a Buenos Aires para el análisis. “El estudio de ADN puede ser realizado de dos maneras con la misma calidad de resultado: uno se hace desde el núcleo de las células, y otro desde las mitocondrias. En este caso, como los pelos no tienen bulbo, se debe hacer el análisis mitocondrial”, señaló el fiscal. Ese material biológico será cotejado con el perfil genético de Chiara, pero también con ADN de Manuel, su madre y la pareja de ella.
El adolescente que era novio de Chiara se encuentra sometido a proceso ante un juez de Menores de Venado Tuerto; es punible pero en los términos del sistema penal juvenil de Santa Fe. En tanto, su madre y la pareja de ella cumplen prisión preventiva sin plazo.
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