SOCIEDAD › EL ORGANISMO REGIONAL APROBó EN URUGUAY UN DOCUMENTO QUE RECHAZA LA MILITARIZACIóN
Unasur aprobó en Montevideo un documento que sostiene el fracaso de la guerra contra las drogas y plantea la necesidad de un nuevo enfoque para abordar la problemática del consumo y las adicciones. Será presentado ante la ONU en abril del año próximo.
Tras reconocer el fracaso mundial de la política de “guerra contra las drogas”, la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) aprobó en Montevideo un documento en el que se plantea la necesidad de un nuevo enfoque para abordar esta problemática. En el escrito el organismo se propone un alejamiento de la política punitiva hacia los consumidores y resalta la necesidad de centrarse en “el ser humano, su bienestar y su salud”. El próximo paso será presentar el documento como una postura unificada de la región ante la ONU en abril de 2016.
Según lo expresó Ernesto Samper, secretario general de la Unasur y ex presidente de Colombia, el encuentro tuvo “mucho de histórico porque Sudamérica ha sido una de las regiones más afectadas por la lucha contra el narcotráfico”. Samper aseguró opinar desde la “experiencia” de su “propio país”.
El texto que fue consensuado en Uruguay el lunes entre los doce países que integran la Unasur consta de 25 puntos y será presentado a la Sesión Especial de la Asamblea de Naciones Unidas sobre Drogas (Ungass) que tendrá lugar en Nueva York el año próximo.
“Pasamos de un enfoque exclusivamente punitivo que se ha venido manejando en América latina y en el mundo a un enfoque mucho más integral porque queremos poner en el centro de la política de drogas al ser humano, su bienestar y su salud por encima de todos los demás criterios de intervención”, dijo el director de Política de Drogas del Ministerio de Justicia de Colombia, Javier Flores.
Por su parte, Samper amplió que “a pesar de todos los esfuerzos de la política prohibicionista actual, hoy en día hay más de 300 millones de consumidores de drogas que aun las siguen consumiendo”.
En este sentido, calificó de “evidente fracaso” el resultado de la guerra contra las drogas e hizo hincapié en la importancia de Sudamérica para proponer un cambio hacia una mirada humana sobre el tema debido a la “cantidad de personas y de recursos económicos e institucionales” que se vieron afectados por esta problemática en la región.
Consultada por Página/12, la presidenta de la Asociación Intercambios para el estudio y atención de problemas relacionados con las drogas, Graciela Touzé, explicó que el saldo de la reunión de Unasur “muestra la existencia de un acuerdo generalizado en cambiar las políticas represivas para dejar de ser duro con los débiles” y aclaró que por débiles se refiere a sectores como los “campesinos y consumidores”.
Según Touzé, es necesario “cambiar todo a un enfoque centrado en la salud y los derechos humanos” y agregó la necesidad de tener una “perspectiva que contemple al género femenino. Las cárceles de mujeres están abarrotadas, se dio un crecimiento exponencial de las presas mujeres y una gran mayoría son presas por causas relacionadas con las drogas”, amplió la presidenta de Intercambios.
América latina es, según Touzé, “una región de las que más vienen padeciendo: tenemos el caso de Colombia, Perú y Bolivia, países productores de gran parte de la coca circulante en el mundo” y son países “que fueron fuertemente estigmatizados y culpabilizados del narcotráfico por el simple hecho de tener estos cultivos”, expresó la presidenta de Intercambios. Estos países “no sólo fueron los más hostigados sino que además sufrieron, como nos pasó en toda la región, los efectos contraproducentes de la política punitiva de drogas”, opinó la referente.
“Quizá también por ello sea que nuestra región cuente con las políticas y experiencias más innovadoras”, reflexionó Touzé. “Por ejemplo Uruguay, que en 2013 aprobó la ley que regula la producción y la comercialización de cannabis bajo el control del Estado”, impulsada por el ex presidente José Mujica, como una estrategia para enfrentar el narcotráfico, “hizo de este un país pionero”.
En tanto que Bolivia “defendió el mascado de coca como una práctica cultural y desprendió al país de la mirada eurocentrista que identificaba esta práctica como droga”, expresó Touzé. “Por otro lado, Ecuador logró una importante reforma en materia legislativa para aminorar los casos de detenciones por delitos no violentos ligados a la tenencia”, amplió la referente. Además explicó que “Argentina, si bien sentó ciertos precedentes, actualmente está un poco demorada en materia legislativa”.
Esta asamblea de la ONU es vista como una “oportunidad muy importante” para que la región plantee nuevos enfoques “que deben contemplarse como otra forma de enfrentar el problema de las drogas y no como una guerra como ha sido hasta ahora”, indicó Elena Lagomarsino, miembro de la Junta Nacional de Drogas de Uruguay.
Uno de los objetivos que se plantean para 2016 es la adopción de posiciones comunes en las que se incluyan las diversas realidades y problemáticas de los países de la región para poder tener más peso al plantear este nuevo paradigma. Según Samper, no se tratará de “exportar el modelo uruguayo” para la región y el mundo porque “nadie tiene la receta para todos”, sino de trabajar en una política alternativa que surja de unificar distintas experiencias.
Informe: María Fernanda Rezzano.
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