Sáb 05.09.2015

SOCIEDAD  › VILLA GESELL YA NO ELEGIRA REINAS DE BELLEZA PARA QUE LA REPRESENTEN

Municipio contra el sexismo

El municipio informó que canceló el tradicional concurso y adoptará “otro tipo de representación” para premiar referentes del lugar. El intendente atribuyó la decisión a la Ley de Protección Integral a las Mujeres y el efecto de Ni Una Menos.

Villa Gesell canceló la elección de una reina de la belleza para representar a la ciudad. El intendente Gustavo Barrera dispuso cancelar el certamen de la tradicional Fiesta de la Diversidad Cultural, que se realiza durante el fin de semana largo del 12 de octubre. Según el mandatario municipal, la medida está amparada por la “Ley 26.485, de Protección Integral a las Mujeres, y la concientización que el ‘Ni una menos’ produjo en la sociedad”.

Barrera aseguró que la decisión “busca proteger a la mujer, evitar violencia simbólica, eliminar la cosificación de su imagen y terminar con los estereotipos del género”. En diálogo con Página/12, el jefe municipal explicó que “acorde a los tiempos que corren, la tradicional Fiesta de la Diversidad Cultural que se realiza en la localidad hace 35 años con elección de reina, tendrá otro tipo de representación”.

Barrera manifestó que “en principio la decisión es para esta fiesta, pero la idea es enviar una ordenanza al Legislativo para que esto quede plasmado en una norma”. Según el mandatario, la decisión cuestiona “el rol del Estado como soporte de estos eventos. El Estado no puede avalar más este trato hacia las mujeres”, expresó.

En la elección de la reina de la Diversidad Cultural, los criterios para decidir el voto del jurado descansan “en las características físicas de la mujer, y es algo que queremos evitar”. El mandatario agregó que la festividad se realiza “el 12 de octubre, por lo que tenemos tiempo de pensar otra forma de encontrar representatividad municipal de otro tipo”.

“La idea es que si elegimos un representante sea mirando otras virtudes”, explicó Barrera. “Puede ser una personalidad del deporte, de la cultura, de cualquier edad y con cualquier aspecto físico. El único requisito es que sepa representar las bondades y valores del municipio de Villa Gesell”.

El mandatario expresó que “a raíz del #NiUnaMenos la sociedad fue instruyéndose en lo que implica la violencia simbólica como otro tipo de violencia grave”, por lo que consideró que “la recepción de la decisión en el vecino de Gesell en general es buena”.

“Tomamos la decisión, más allá de su aceptación o no, porque nos pareció lo correcto, lo consensuamos con diferentes áreas y el resultado fue positivo. No es fácil cortar con una tradición de 35 años”, agregó Barrera, quien advirtió que “hay resistencias pero también se entiende el por qué”.

El municipio de Gesell no es el primero en tomar una decisión de esta naturaleza. En diciembre del año pasado, Chivilcoy se convirtió en la primera localidad del país en prohibir los concursos de belleza promovidos en ocasión de las fiestas populares del municipio. Las autoridades de Chivilcoy consideraron que “estos certámenes refuerzan la idea de que las mujeres deben ser valoradas y premiadas exclusivamente por su apariencia física basada en estereotipos”, son una práctica “discriminatoria y sexista” y representan actos de violencia simbólica e institucional contra mujeres y niñas”. Además, la normativa estableció que desde distintas áreas del municipio se deberán “promover actividades de concientización y sensibilización para desalentar” estos certámenes en el ámbito privado.

Desde que se implementó el cambio, el concurso de belleza celebrado en las fiestas por el aniversario de la fundación de la localidad fue reemplazado por una convocatoria que reconoce “a personas de entre 15 y 30 años que, en forma individual o colectiva”, se destacaron “en actividades solidarias tendientes a mejorar la calidad de vida de barrios de Chivilcoy o localidades de campaña del partido”.

Alrededor de un centenar de municipios de todo el país organizan aún concursos de belleza entre adolescentes y jóvenes para elegir reinas en fiestas populares, con fines turísticos o para promocionar algún producto regional. En estos certámenes, a las jóvenes se les exige desfilar en trajes de baño con sandalias de taco aguja y los jurados –muchas veces funcionarios públicos– evalúan la “belleza física” y atributos como “porte”, “desenvoltura” y “personalidad”.

Los reglamentos, según contó previamente este diario, resultan discriminatorios. No sólo se limita la edad de las concursantes –16 a 25 años es la edad promedio aceptada–, sino que además se les suele imponer la condición de ser solteras y sin hijos.

En eventos como la Fiesta Nacional de la Flor, en Escobar –donde se corona a la reina del Capullo–, la fiesta provincial del Trigo en Tres Arroyos –donde se nombra a la Espiguita– y Camarones, Chubut –donde se elige reinita del Salmoncito–, las concursantes rondan los cinco años.

Informe: María Fernanda Rezzano

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