SOCIEDAD › PIDEN LA INTERVENCION DE UNA SECCIONAL DE LA FEDERAL
Algo está mal en la comisaría
Por Carlos Rodríguez
Unos diez testigos coincidieron en señalar a los tres policías de la comisaría 52ª que están detenidos como los únicos que dispararon durante los episodios del viernes pasado en la Villa 20, en el barrio porteño de Lugano, donde fue asesinada por la espalda la joven Camila Estefanía Arjona, de 14 años, quien estaba embarazada de cuatro meses y medio. Un hombre, que vio todo desde una terraza, señaló incluso que uno de los policías –sería el que hizo los disparos mortales– levantó de los cabellos a la chica, cuando estaba en el piso herida de muerte, y le aplicó al menos un puntapié en la cabeza. El dueño de un kiosco confirmó que antes del crimen les vendió ocho botellas de cerveza a los agentes de la Policía Federal, uno de los cuales estaba de servicio. Los otros dos se encontraban de franco. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, aclaró anoche que el Gobierno está al tanto del caso “desde el primer minuto” y que impulsa su investigación “hasta las últimas consecuencias”.
“Este gobierno no tiene por costumbre hacerse el distraído ante los problemas cotidianos, y mucho menos frente a la muerte violenta de una chica de 14 años”, sostuvo Fernández ante algunas críticas por la falta de información oficial sobre el caso. El ministro anunció que “en las próximas horas” se reunirá con la familia de la víctima. El jefe de la Circunscripción VIII de la Federal, Roberto Palavecino, dijo que lo ocurrido fue un “aberrante delito” y calificó de “marginales” a los tres hombres de la fuerza detenidos, identificados como Adrián Esteban Bustos, Miguel Angel Cisneros y Mariano Adrián Almirón.
Las declaraciones del ministro Fernández fueron en respuesta a las críticas que se escucharon durante una rueda de prensa que se hizo en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad. La titular del organismo, Alicia Pieri, y el defensor adjunto, Gustavo Lesgueberis, reclamaron al gobierno nacional “la intervención de la comisaría 52ª”, que se aparte a esa seccional de la investigación del caso, y pidieron a la Justicia que acepte la designación de peritos de parte que representen a la familia. Anoche, la Federal admitió que “se estudia” la intervención de la seccional.
“Si tres policías borrachos, uno de ellos de servicio, matan a una chica de 14 años en la Villa 20, algo está funcionando mal en la comisaría 52ª y su jefe tiene responsabilidad funcional por lo ocurrido”, dijo a este diario el abogado José Vera, que representa a la familia de la adolescente asesinada. Por otra parte, hizo saber que al menos dos de los testigos hicieron un reconocimiento positivo, en rueda de personas, de al menos dos de los policías que participaron en el hecho.
El testigo que estaba en la terraza dijo que vio que dos de los policías parecían hacer disparos al aire, mientras que el tercero “tiraba al bulto”. Este policía habría sido el que “entró al pasillo donde estaban la chica y su novio Leonardo, quienes se habían levantado al escuchar los tiros”, aseguró Vera. Página/12 tomó contacto con una mujer que dice haber visto “el rostro del policía que llegó hasta el pasillo”. El policía la amenazó con su revólver y le dijo: “Vení para acá”. Ella, por temor, se escondió en su casa y no volvió a salir, pero puede identificarlo.
El incidente comenzó, según los testigos, por “una paliza que los policías le dieron a un chico al que querían obligar que les vaya a comprar drogas”. Al joven le golpearon la cabeza contra un poste de la luz, en cuya base quedó “una gran mancha de sangre”. Los policías habían estado tomando cerveza junto con muchos de los que ahora declararon en su contra.