SOCIEDAD › ABSUELVEN AL EMPRESARIO
BARILOCHENSE ACUSADO DE ABUSO A UNA NENA
Con el atenuante de ser un magnate
Después de que el fiscal retirara la acusación, el tribunal absolvió a Juan Gilio. Organizaciones sociales y políticas cuestionaron el proceso. Y pidieron la renuncia del fiscal.
Por Mariana Carbajal
Con gran impotencia y un sentimiento generalizado de indignación: así recibieron ayer los habitantes de Bariloche la noticia de la absolución del empresario Juan Gilio, uno de los hombres más ricos y poderosos de la ciudad. Una nena de 12 años lo había denunciado por haber abusado sexualmente de ella varias veces y había sido condenado en un primer juicio. Organizaciones de mujeres, de derechos humanos, políticas y vecinos autoconvocados se dieron cita ante el Palacio de Justicia para repudiar la sentencia, cuyo resultado era previsible después de que el fiscal del caso retirara sorpresivamente la acusación en el segundo juicio –el primero había sido anulado– alegando contradicciones en la declaración de la chica, hoy de 16 años. Flota en Bariloche la sensación de que si la nena abusada fuera de una familia “acomodada” y el denunciado, un hombre de escasos recursos, el final hubiera sido distinto.
Las contradicciones en el testimonio de la víctima se referían al número de veces que había sido penetrada y a la cantidad de “tocamientos” que había padecido, pero no a la existencia de la vejación. Los manifestantes marcharon ayer con la consigna “basta de impunidad y castigo al culpable de los delitos” y entregaron en los tribunales un petitorio con más de un millar de firmas para solicitar la renuncia del fiscal de Cámara Enrique Sánchez Gavier. El legislador provincial Javier Iud (PJ) pidió a la procuradora de Río Negro, Liliana Piccinini, que lo cite en forma urgente para dar explicaciones. De la movilización participaron vecinos y vecinas autoconvocadas, junto con representantes de la Asociación Permanente por los Derechos Humanos (APDH), la Secretaría de Género de la CTA, la Juventud Universitaria, el Foro de Mujeres Políticas y la Comisión Permanente del Encuentro Nacional de Mujeres. También estuvo presente la concejal del Frente Grande, Beatriz Contreras.
El fallo de la Cámara Segunda del Crimen fue dividido. Gilio fue absuelto por dos votos contra uno. Los jueces Héctor Leguizamón Pondal y Ricardo Calcagno interpretaron que ante el retiro de la acusación por parte del fiscal no queda otro camino que la absolución. Esta postura sigue la doctrina de la Corte Suprema de Justicia. Pero el tercer magistrado, Alejandro Ramos Mejía, hizo otro análisis: votó por la nulidad del alegato del fiscal, por considerar que no fundamentó el retiro de la acusación; también pidió la anulación del debate oral y la realización de un nuevo juicio. “La mayoría del tribunal consideró que el retiro de la acusación los obligaba a absolver al acusado. Yo entiendo que esa decisión me obliga, salvo algunas excepciones, como cuando no está fundamentada la petición”, explicó Ramos Mejía a Página/12.
Según confió a este diario una fuente judicial que conoce el caso, la última alternativa para volver a llevar a Gilio al banquillo de los acusados está ahora en manos de la asesora de menores de la chica, Marta Pereira. “Ella tendría que oponerse al fallo porque se violaron los derechos esenciales de la víctima, garantizados en la Constitución Nacional. A la menor le negaron la posibilidad de declarar ante el tribunal acompañada por la psicóloga que la contiene en el hogar en el que vive. En cambio, sí dejaron estar en el recinto al asesor legal de la defensa”, evaluó la fuente. Sin embargo, por la respuesta que dio a Página/12 la asesora de menores, se deduce que no estaría muy interesada en revertir el fallo: “No hay mucho para hacer”, se limitó a decir.
En el primer juicio, Gilio fue encontrado culpable y condenado a 9 años de prisión. Sobre la madre de la nena cayó una pena de 10 años (ayer la mujer también fue absuelta). Pero el Tribunal Superior de Justicia anuló aquel fallo, por presuntos vicios formales, y ordenó que los acusados volvieran a ser juzgados. En el segundo juicio, el fiscal Sánchez Gavier retiró la acusación al concluir la primera audiencia, luego de escuchar a la única testigo, la presunta víctima, porque entendió que las contradicciones en que habría incurrido lo había dejado sin elementos para sostener los cargos. “Retira los cargos contra los imputados porque la menor dice que no fueron tal cantidad los abusos, sino tal otra cantidad. Si algo queda claro es que sí fue abusada, ¿importa cuántas veces?”, se preguntó en diálogo con Página/12 Laura Alves, una de las mujeres que se movilizó ayer a los tribunales locales para repudiar la sentencia y cuestionar la actuación del fiscal de Cámara. Ayer, la impotencia y la bronca eran sentimientos repetidos entre pobladores de Bariloche. “Una sensación de asco e indignación se apoderó de toda la ciudadanía barilochense. Una vez más el poder económico se ve sobreseído por la justicia rionegrina”, señaló Armando Capo, presidente del Frente Grande local. Una vecina arquitecta, Olga Roca, se preguntaba: “¿Si las pruebas del primer juicio no sirvieron para el segundo, por qué sí sirve el testimonio de la menor en el primer juicio para anular los dichos que ella tuvo en el último?”.