SOCIEDAD
› ARGENTINA ES EL SEGUNDO PAIS
EN INCLUIRLA EN EL CALENDARIO OFICIAL
Vacunas para frenar la hepatitis A
Se aplicará en forma gratuita a todos los niños del país cuando cumplan un año. De esa manera, se pretende bajar los índices, que se incrementaron en 2004. Se invertirán 21 millones anuales.
Desde el 1º de mayo, la vacuna contra la hepatitis A será incorporada al calendario oficial gratuito y será aplicada, en una sola dosis, a unos 750 mil niños de todo el país, al cumplir el primer año de edad. Al hacer el anuncio, el ministro de Salud, Ginés González García, dijo que la vacuna será aplicada junto con la triple viral. Por medio de esta acción masiva se intentan bajar “en forma sustancial” los índices de casos en el país, ya que el año pasado se produjo un incremento del 23 por ciento en las notificaciones de la enfermedad. De 139 casos cada cien mil habitantes en el año 2003, se pasó en 2004 a un índice de 172,7 casos sobre la misma cantidad de habitantes. El cuadro de mayor gravedad se registró en el Noroeste argentino y en la zona de Cuyo, pero también creció en lugares del Gran Buenos Aires, como Berazategui o Quilmes, donde hubo manifestaciones de padres reclamando la vacunación masiva. La medida del Gobierno cuenta con el apoyo de la Sociedad Argentina de Pediatría, entidad que en mayo del año pasado hizo un diagnóstico de situación para advertir sobre el incremento de los casos de transplante hepático en niños, como consecuencia de la enfermedad.
González García dijo que la Argentina será “el segundo país en el mundo que incorpora la vacuna contra la hepatitis A a su calendario oficial, detrás de Israel”. En el caso de Israel, los resultados indican que “a partir del año de introducción de la vacuna, la disminución de casos excedió al grupo vacunado y se extendió a todos los grupos de edades, incluyendo a los adultos”, aseguraron voceros del ministerio. Angela Gentile, del Comité de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría, dijo a Página/12 que ellos impulsaron la vacunación masiva “como un primer paso para enfrentar un problema grave que debe suponer también una mejora en las condiciones de saneamiento ambiental”, sobre todo en lo que se refiere a la provisión de agua potable en zonas críticas del país.
Gentile informó que grupos de científicos se han sumado a la Comisión de Seguimiento Permanente del plan de vacunación “para evaluar los resultados que se vayan produciendo y reformular la estrategia en caso de que sea necesario”. En el año 2004, la notificación de hepatitis A en la Argentina llegó a un total de 62.633 casos (172,7 por cada cien mil habitantes). La mayoría de los casos, el 63,8 por ciento, afecta al grupo de 1 a 14 años. Dentro de ese sector de la población, los más afectados son los chicos de 5 a 9 años, con una tasa de 578 casos por cada 100 mil habitantes. En el Hospital Garrahan, sobre 305 casos de transplante hepático en diez años, el 20 por ciento del total fue por hepatitis A.
Hasta ahora, la vacuna sólo se aplica en farmacias y es fabricada por tres laboratorios, a un costo que resulta excesivo para las familias de escasos recursos. El ingreso de la vacunación contra la hepatitis A en el calendario oficial significará una inversión anual de 21 millones de pesos. El ministro de Salud aseguró que la aplicación de una dosis, al año de vida, “genera una respuesta de protección inmunitaria que ronda entre el 95 y el 99 por ciento de las personas vacunadas”. El subsecretario de Programas de Prevención y Promoción, Andrés Leibovich, precisó que se compraron “más de 750 mil dosis porque, además de aplicarse a los niños al cumplir un año, en todas las regiones se hará una campaña cada vez que surja un brote epidémico”.
Leibovich, en coincidencia con la doctora Gentile, admitió que la vacunación “no es de por sí la panacea y no debe pensarse que de esa manera se va a erradicar la enfermedad”. Insistió en que “hay que seguir normas de higiene para evitar el contacto fecal-oral, causa principal de la hepatitis A”. La experiencia clínica en la Argentina y en el mundo demuestra que esta forma de hepatitis es especialmente severa en niños. Los índices de mortalidad aumentan en pacientes mayores de 50 años y en niños menores de 10.