Dom 12.05.2002

SOCIEDAD  › GABRIEL FAJN

“Siam es una metáfora del país”

› Por Alejandra Dandan

Hace una semana mencionó la historia de Siam en una de sus clases. Gabriel Fajn es profesor adjunto de la cátedra de Sociología de las Organizaciones de la UBA y analiza el nuevo giro de la compañía con una perspectiva histórica. Así entiende a la corporación Siam Di Tella como metáfora del proceso de industrialización desarrollado en un país donde no hubo un proyecto serio de industria nacional. Estudioso del fenómeno de los clusters –distritos industriales–, Fajn los explica como una de las políticas de autogestión nacidas en los ‘70 “como alternativa al modelo fordista de desarrollo industrial”. En ese sentido subordina el éxito de este nuevo emprendimiento a una de las variables que lo hicieron opción eficaz y, en cierta medida, revolucionaria en Europa, Japón y Estados Unidos: el compromiso del Estado.
–¿Por qué suele hablar de la Siam como de una buena metáfora de la Argentina?
–Porque lo es. Una fábrica de casi cien años con una expansión importante y un proyecto de industria nacional, tal vez en su período más importante. Después tuvo una crisis muy fuerte que en los años ‘70 hace que sea estatizada, siguió con el paso a una reprivatización en condiciones poco interesantes para un desarrollo posterior, hubo una crisis rápida y su trasformación en cooperativa de parte de los trabajadores del sindicato para preservar la fuente de trabajo y la supervivencia. Y ahora llega esta nueva experiencia con la intención de la formación del cluster o esta red de pymes que se intenta desarrollar. Esto manifiesta, me parece, una ausencia de un proyecto coherente a lo largo del tiempo de la industria nacional.
–El proceso abierto en el ‘96 con la cooperativa parece el antecedente más próximo de este nuevo modelo, sin embargo la asociación con el sector de las pymes lo vuelve distinto.
–Lo que tenía de interesante aquello fue la formación de una cooperativa industrial con el desarrollo que tenía la Siam, y con una colaboración y una implicación muy fuerte del sindicato. Eso me parece que era una referencia novedosa y atractiva en cuanto a posibilidad de autoorganización de los propios trabajadores. Lamentablemente esa experiencia tuvo un desarrollo muy débil y hoy llegamos a esta nueva lógica. Este tipo de organizaciones emergió con fuerza en Italia a fines de los ‘70, como una salida a la crisis del fordismo y conjugó la posibilidad de desintegración vertical de la empresa articulando un conjunto de pequeñas y medianas empresas con carácter innovador, dinámico y flexible. Eso permite una producción de alta calidad, alta competitividad a partir de una cantidad importante de empresas coordinadas en la lógica de un producto. Esto fue fuerte en el norte y centro de Italia y hay antecedentes importantes en distintas partes del mundo, fundamentalmente Estados Unidos, España y Japón con modelos de cluster altamente desarrollados.
–¿La convivencia en un mismo espacio de empresas diferentes potencia sus posibilidades?
–Sí, el alto nivel de asociatividad entre las distintas empresas provoca innovación, colaboración y entonces también la posibilidad de generar empresas y nuevos negocios: éstos son factores importantes que en los distritos industriales tuvieron una presencia importante.
–¿Pero es posible pensarlo como viable en Avellaneda?
–Ahí el modelo tiene dos tipos de lecturas. Por un lado están las condiciones desfavorables de surgimiento, donde hay quizás una ausencia de actores vitales como el Estado apoyando instancias de desarrollo, con infraestructura acorde, con calificación de los trabajadores y una serie de instrumentos que favorecerían el propio desarrollo del cluster. Porotro lado las condiciones macro, tras la devaluación, son bastantes favorables para el desarrollo de emprendimientos de esta naturaleza.
–¿Es un fenómeno para tiempos de crisis o puede entenderse como parte de una alternativa de más largo alcance?
–En este momento de crisis económica tanto los sectores asalariados que ven peligrar su fuente de trabajo y el cierre de las empresas, como los excluidos sociales que no tienen alternativa, y también en este caso sectores de mediana empresa, técnicos y profesionales, buscan alternativas innovadoras a la crisis. Esto es lo que me parece interesante, tanto el crecimiento que ha tenido la economía social como los que se inscriben en una lógica como el club del trueque u otras alternativas de autoorganización.
–Y con Siam surgen otros emprendimientos del mismo tipo.
–Pero son de distinta escala y con distintos actores: el pequeño empresario, el mediano, el científico y el técnico involucrados en la economía del cluster son actores que en los últimos diez años quedaron sumergidos en la lógica de trasnacionalización de la economía. Distinto de quienes buscan alternativas al margen de la economía formal, ellos están buscando la reconstrucción de cierto tejido de la economía formal que había quedado profundamente agrietada.

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