La ambulancia del SAME, identificada con el número 11, se detiene en un domicilio particular. Pero no baja ningún médico sino que, por el contrario, sube al móvil un joven saludable con un bolsito en la mano. El vehículo se detiene en un club del barrio de Núñez, donde desciende el joven del bolsito. Horas después, otra ambulancia lo pasa a buscar para devolverlo a su casa. La imagen, producto de una cámara oculta, se vio en un programa periodístico, a última hora del lunes. El joven deportista resultó ser sobrino del director operativo del servicio de emergencia de la ciudad, Luis Espinosa. A primera hora de ayer, el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, decidió desplazar a toda la cúpula del SAME y dispuso la intervención del organismo.
“No podía continuar en el SAME una conducción sospechada de irregularidades”, dijo a Página/12 el secretario de Salud, Alfredo Stern, quien ayer mismo designó al director de Atención Integral de Salud, Gabriel Muntaabski, como interventor del organismo por un plazo de 30 días. Stern ordenó además iniciar un sumario “para determinar la responsabilidad que le cabe a cada funcionario” en el uso de vehículos públicos para fines personales. La sanción máxima que pueden recibir es la cesantía.
Además de Espinosa, fueron separados de su cargo el director del SAME, Marcelo Muro, y el subdirector, Roberto Cohen, ambos médicos. Muro estaba al frente del SAME desde que fue designado por el ex secretario de Salud, Héctor Lombardo, durante la gestión de Fernando de la Rúa como jefe de Gobierno de la ciudad.
El SAME cuenta con 116 unidades móviles, de las cuales están operativas alrededor de 90. Según la hora del día, están en funciones entre 50 y 70. En abril último, las ocho operadoras que trabajan en la base recibieron 70.756 llamadas. Se prestaron 17.700 auxilios domiciliarios y otros 3200 en la vía pública, a razón de uno cada cuatro minutos”, detalló el secretario de Salud.
“El promedio del último mes es de una demora de 9 minutos con 45 segundos desde que se recibe el llamado hasta que la ambulancia llega al lugar, una cifra que no está lejos de los mejores promedios en las grandes ciudades del mundo, que es de alrededor de 8 minutos”, explicó Stern. Aunque reconoció que en algunos casos existen demoras, destacó las “conductas heroicas” del personal del SAME durante los hechos del 19 y 20 de diciembre, cuando “asistieron a los heridos en medio de las balas”.
La intervención del SAME deberá lidiar con una interna entre dos fracciones del gremio de los ex municipales, un conflicto en el que habría quedado atrapada la conducción desplazada. La filmación divulgada por un programa periodístico no sería ajena a esa interna: en el documento aparece el testimonio de un trabajador del SAME con el rostro y la voz distorsionados.