Mié 10.01.2007

SOCIEDAD  › SIN ORDEN DE DETENCION PARA LOS ACUSADOS POR EL CRIMEN DE MALVINO

A Brasil, libres y procesados

La Justicia brasileña procesó a Andrés Gallino y Horacio Pozo por la muerte de Ariel Malvino, y a Eduardo Braun Billinghurst por intento de homicidio agravado. La jueza rechazó el pedido de prisión preventiva pero deberán presentarse a indagatoria en Brasil.

Eduardo Braun Billinghurst, Andrés Gallino y Horacio Pozo (h), los hijos del poder, como se los conoce entre bambalinas en la sociedad correntina, fueron procesados por la justicia brasileña por el crimen de Ariel Malvino, que tuvo lugar el 19 de enero de 2006 en el pueblo de Ferrugem, a 100 kilómetros de Florianópolis. La jueza Elianne Alfredo Cardoso Luiz, de la ciudad de Garopaba, aceptó el pedido de procesamiento elevado por el fiscal del caso, Fabio Fernandes de Oliveira Lyrio, pero no dispuso la detención del trío como lo recomendaba el fiscal. Braun Billinghurst, Gallino y Pozo deberán presentarse ante la jueza, en Garopaba, citados a declaración indagatoria.

Según la acusación, presentada el 14 de diciembre pasado por el fiscal Fernandes de Oliveira, los tres acusados participaron de una riña con un grupo de cordobeses sobre la calle principal de Ferrugem, frente al local AM/PM. “Después de unos minutos –cita la acusación del fiscal–, los acusados reinician la riña a unos cuarenta metros de allí, cerca de la posada Maunaloa y frente al Bali Bar.” En esa misma esquina, como testigo del reinicio de la riña se encontraba Ariel Malvino con un par de amigos. Como la escena era un repartijo de trompadas y patadas, Ariel hizo un comentario despectivo respecto de los luchadores, “destacando la estupidez de las personas envueltas en la riña”, señaló el fiscal. De todos modos, Gallino, Pozo y Braun Billinghurst escucharon el comentario y se lanzaron sobre él. Según consta en la acusación, “atacaron a la víctima en comunión de esfuerzos e identidad absoluta con la intención de agredirlo y arrojando golpes”.

Malvino logró esquivar algunos de los puñetazos, pero “Horacio Pozo logró dar un potente golpe en el maxilar. La víctima cayó y golpeó su cabeza contra el suelo”, señala la acusación. Gallino y Pozo fueron acusados por el fiscal por lesiones corporales seguidas de muerte, y enfrentan penas de entre 4 y 12 años de prisión. En tanto, Eduardo Braun Billinghurst, según la investigación del fiscal, tomó una roca de unos 17 kilos y medio que se encontraba en el lugar, la levantó por sobre su cabeza y la descargó violentamente sobre el torso de Ariel Malvino, quien en ese momento se encontraba inconsciente. Si bien el impacto de la piedra no fue el que ocasionó la muerte, el fiscal apuntó que “el resultado letal pretendido por el denunciado solamente no se consumó por circunstancias ajenas a su voluntad, ya que las lesiones ocasionadas no fueron idóneas para provocarle la muerte”. El fiscal subrayó que Braun Billinghurst se aprovechó de que la víctima estuviera caída en el suelo, inmóvil e inconsciente, incapaz de ejercer defensa alguna.

Eduardo Braun Billinghurst fue acusado de tentativa de homicidio doblemente agravada y enfrenta una pena de entre 12 y 30 años.

Posteriormente, el 18 de diciembre, el fiscal elevó a la jueza la solicitud de prisión preventiva para los tres acusados. Para su pedido, el fiscal se fundamentó en que después del hecho, tanto Braun Billinghurst como Gallino y Pozo intentaron y lograron huir de la escena, y a las pocas horas, escapar del país, cruzar las fronteras y llegar a la provincia de Corrientes, desde donde inicialmente negaron el hecho y sólo después aceptaron haber participado en una riña. Además, sostuvo que pese a que en algún momento Braun Billinghurst había dicho a los medios de prensa que tenía todas las intenciones de responder a la requisitoria judicial, en ningún momento dio la pauta de que tuviera la intención de cruzar la frontera y presentarse ante la justicia en jurisdicción brasileña. Además, el fiscal citó como novedosa la figura de la grave conmoción social que desató el caso, pero no en Brasil sino en la Argentina.

Sin embargo, la jueza Cardoso rechazó los pedidos de preventiva y ordenó la citación a indagatoria de los tres. Según confirmaron fuentes judiciales a la agencia Télam, la magistrada ya ordenó el envío de las cartas rogatorias en las cuales se les comunica a los tres jóvenes sobre el procesamiento en la causa. Ahora, Braun Billinghurst, Gallino y Pozo deberán presentarse personalmente para responder las indagatorias ante la jueza. En caso de no hacerlo serán declarados en rebeldía. El trámite, entonces, deberá continuar a través de un pedido de captura internacional realizado a Interpol.

En la acusación, el fiscal pidió la citación de ocho testigos, entre ellos seis mujeres argentinas, una de ellas de Córdoba, y el resto de Capital. En la causa, Fernandes de Oliveira también incorpora a Germán Braillard Poccard, Francisco Méndez Isla, Gonzalo Marasco Diosdado, integrantes del grupo de amigos que había viajado a Ferrugem junto a los hermanos Braun Billinghurst, Gallino y Pozo. Los tres fueron acusados de favorecimiento de persona, que implica el encubrimiento con el fin de ayudar a un fugitivo a eludir a la justicia. En el pedido, también acusó a Hernán Ballabriga, dueño del misterioso Peugeot 206 rojo, que no formaba parte del grupo pero que hizo subir a los tres imputados a su auto y los ayudó a escapar de manos de los brasileños, que intentaban mantener retenido al trío hasta la llegada de la policía.

En cuanto a Lautaro Braun Billinghurst, hermano mayor de Eduardo, fue apartado de la causa a pedido del fiscal, ya que no participó directamente en el crimen y no se lo puede acusar por ayudar a su hermano (el favorecimiento entre familiares directos no es considerado encubrimiento).

“Los padres de Ariel no están pidiendo la sentencia más grave sino la más justa, la que corresponda por ley”, sostuvo el abogado de la familia, Juan Carlos García Dietze. El letrado se mostró conforme con que la jueza haya aceptado los cargos pedidos por el fiscal, más allá de que no haya ordenado las detenciones. “Lo importante es que el proceso avance, que se llegue a la verdad, la prisión preventiva no es importante como un fin en sí mismo.”

El próximo paso es que la jueza fije una fecha de citación y aguardar que los acusados se presenten en persona ante la magistrada brasileña. Allí se definirán buena parte de los horizontes del caso.

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