SOCIEDAD › TRES MIEMBROS DE LA POLICIA BONAERENSE INTEGRABAN UNA BANDA EXPRESS
Secuestradores de uniforme azul
Tres hombres de la Brigada de Investigaciones Complejas de Lomas de Zamora están involucrados en al menos un secuestro. Habría existido una “zona liberada” para actuar. Dos están detenidos y uno sigue prófugo. El jefe del grupo antisecuestros dijo estar muy “mortificado”.
Por Carlos Rodríguez
“No son policías, son delincuentes y tienen que estar presos.” En diálogo con Página/12, el jefe del Grupo Especial Antisecuestros de la Policía Bonaerense, Angel Casafús, confirmó que tres hombres de la fuerza, que hasta el viernes trabajaban en la Brigada de Investigaciones Complejas y Narcocriminalidad de Lomas de Zamora, están involucrados en un secuestro extorsivo ocurrido ese día en Rafael Calzada. La víctima fue un joven de 20 años, hijo de un comerciante, por el que habían pedido un rescate de diez mil pesos. Una información, que hasta anoche no había sido confirmada por las fuentes judiciales consultadas, afirma que el joven secuestrado habría permanecido en la sede de la Brigada de Investigaciones Complejas, en Lomas, como si se tratara de un detenido, cuando en realidad sus captores de uniforme negociaban el rescate con la familia. Dos de los policías fueron detenidos en el interior de la provincia, cuando trataban de escapar, mientras que sigue prófugo un oficial inspector. No se descarta que el trío haya intervenido en otros casos similares.
“Cuando supimos que era gente nuestra la involucrada, nosotros mismos pedimos seguir en la investigación y poder darnos el gusto de detenerlos”, afirmó anoche a este diario el subcomisario Manuel Pecheto, segundo jefe de la dependencia policial de Lomas que ha quedado salpicada por el inoportuno affaire. El hecho ocurre en momentos en que distintos sectores de la sociedad están reclamando una mayor eficacia policial para poner fin a la ola de secuestros y toma de rehenes. Una versión que circulaba anoche en fuentes legislativas de la provincia de Buenos Aires aseguraba que los policías prófugos son dos, lo que elevaría a cuatro el número de los agentes involucrados en el secuestro, que terminó con la liberación de la víctima, sana y salva, sin que se pagara el dinero reclamado.
En la causa declararon “varios testigos y existe también prueba documental irrefutable” que involucra a los policías, según admitió el subcomisario Pecheto. En forma extraoficial se supo que los policías “se manejaron con total impunidad y produjeron el secuestro dando la cara, sin esconderse, lo que permitió su rápida identificación”. Para el secuestro del hijo del comerciante de Villa Calzada, en horas de la tarde, a plena luz del día, los policías se movilizaron en dos autos particulares, propiedad de dos de ellos, pero como hubo testigos, los autos fueron rápidamente identificados por la Brigada Antisecuestros, que fue llamada a intervenir y que prontamente descubrió que la pista los llevaba hacia la dependencia policial de Lomas.
“La familia denunció el pedido de dinero para liberar al joven e iniciada la investigación se llegó a establecer claramente que los delincuentes pertenecían a la fuerza policial”, declaró el comisario Casafús, quien reconoció que hablar sobre el tema le resultaba “muy mortificante”, a menos de una semana de su asunción en un cuerpo especial creado por resolución del secretario de Seguridad bonaerense, Juan Pablo Cafiero, para enfrentar el auge de los secuestros express. La noticia había causado conmoción en la Legislatura bonaerense, principalmente entre los miembros de la Comisión de Seguridad. “Todo indica que hubo un área liberada para que se produjera el secuestro de este chico, de manera que lo ocurrido es muy grave y puede tener derivaciones”, explicó anoche un legislador que estuvo en contacto con los investigadores del caso.
La persecución de los tres involucrados –oficialmente no se reconoce la presencia de un cuarto implicado– estuvo a cargo de la propia dependencia a la que pertenecen los policías secuestradores. Esa decisión la tomó el jefe de la Brigada de Investigaciones Complejas, Juan Reinoso, cuando lo habitual es que los compañeros de los sospechosos den un paso al costado para garantizar la imparcialidad. “Nosotros tuvimos la confirmación sobre la presunta participación de personal propio en el hecho y pedimos autorización a la Justicia para proceder nosotros mismos a la detención de estos tipos”, insistió el subcomisario Pecheto, durante un contacto telefónico con Página/12. A diferencia de lo que ocurre cuando los involucrados son civiles, Pecheto se negó a proporcionar los nombres de los dos detenidos y del prófugo, alegando “secreto de sumario”. El subcomisario Pecheto aseguró que su reticencia “no tiene que ver con la condición de policías de los involucrados sino con normas procesales”. El cabo y el sargento acusados de participar en el secuestro fueron detenidos en la ciudad de Pergamino, cuando intentaban escapar hacia el sur del país. El oficial inspector, jefe directo de los otros dos imputados, seguía prófugo, aunque Pecheto estimó que se estaba “detrás de la pista sobre su actual paradero” y que la detención era “inminente”.
Fuentes allegadas a la investigación admitieron que se presume que las llamadas para pedir rescate fueron realizadas “desde la propia dependencia policial” de Lomas de Zamora. Esas mismas fuentes admitieron que “está casi confirmado que el joven permaneció, como detenido, en la misma dependencia policial”, aunque se supone que su real condición de secuestrado la conocían solamente los policías involucrados. Las dos detenciones se produjeron el sábado y al frente del operativo policial estuvo el propio comisario Reinoso, quien se limitó a decir que los dos detenidos tienen “alrededor de 30 años y hace poco que pertenecen a la fuerza”. Casafús admitió que ahora se investiga “si estos delincuentes participaron en otros ilícitos similares”. En la causa interviene el fiscal Víctor Bellucci y se supone que puede haber más sorpresas. Al cierre de esta edición, Casafús dio los nombres de los dos detenidos. Son el cabo Aníbal y el sargento Hernán Palomeque.