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La banda de los secuestradores express VIP tendrá su correspondiente juicio oral. La Sala V de la Cámara de Apelaciones porteña confirmó el procesamiento de Hernán “Mustang” Saptié, Julio Tavárez, Maximiliano “Ojitos” Benedetti, Sebastián Santillán y Matías Marques, por asociación ilícita, privación ilegal de la libertad, robo agravado y tenencia ilegal de armas de guerra. Ezequiel Gurdo fue procesado por tenencia de armas de guerra. El jueves pasado fue detenido Ariel Llorca, quien aguarda ser indagado. Otros once de los VIP, entre ellos Raúl “Chirola” Monti, Gustavo “Viruta” Iglesias y su tío, José Luis “Joe” Podeviles, tienen pedido de captura. Y al menos ocho son analizados con lupa por los investigadores.
“Chirola” es uno de los capomafia de la banda. El 23 de mayo pasado escapó raspando de las manos policiales. Raspando porque, a bordo de su BMW, le sacó la pintura a los patrulleros que lo aguardaban en la puerta del barrio cerrado y exclusivo Parque Peró, en San Fernando. Allí vivía, en un chalet de 100 mil pesos, comprado hace un mes con el fruto de su trabajo: los secuestros express. Semejante aguantadero, además del yate calado en San Fernando, un Audi, un Alfa Romeo, camionetas 4x4 y un dúplex en Carapachay, entre otros bienes, propiedad de los integrantes de la banda, fue lo que les dio el nombre distintivo de secuestradores VIP.
“Tenían muchos autos de marcas carísimas comprados legalmente –reveló uno de los investigadores del caso–. Incluso a una agencia a la que habían ido a comprar un auto, después la asaltaron.” Según la misma fuente, la banda se había dedicado antes a los asaltos a bancos, pero “buscó salidas alternativas después del corralito”. Algunos de los VIP tenía gran afición por motores, picadas y rallies. “Con los autos que tenían era casi imposible alcanzarlos”, aseguró un oficial de la Federal que participó en varias persecuciones. En una de ellas, “los corrí 15 kilómetros por la Panamericana, terminaron cruzando la vía rompiendo la barrera de Benedetti, como en una película, y escaparon”.
Los VIP operaban en la zona porteña limítrofe a la General Paz. “Conocían todos los recovecos para escapar a la provincia –relató el mismo oficial–. Por ejemplo, el túnel de la calle Grecia que pasa por debajo de la General Paz.” Los golpes los daban entre 19 y 23, seleccionando a las víctimas por el auto y la casa donde lo estacionaba. Exigían montos bajos para resolver el golpe de inmediato. Con las tarjetas robadas extraían de los cajeros. Y, a veces, saqueaban las casas de sus víctimas. Tras la confirmación de los procesamientos, el expediente volverá al Juzgado de Instrucción Nº 46, a cargo de Julio Corvalán de la Colina, para continuar los trámites, luego de los cuales la causa será elevada a juicio. Entonces, la banda de secuestradores tendrá su juicio oral VIP.