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Entre las bóvedas hay problemas: existen dueños con deudas acumuladas, sitios abandonados y deteriorados. Sucede en Chacarita y también en Recoleta incluso entre las bóvedas de las familias de notables. Mantener un bóveda tipo en ese campo santo cuesta unos 55 pesos al año de acuerdo con los metros cuadrados ocupados.
Los nichos para cenizas se pagan anualmente entre 10 y 20 pesos, de acuerdo con la ubicación. El costo de los nichos para ataúdes fluctúa entre 20 y 75 pesos al año y, por ese mismo lapso, un lugar en tierra se paga 60 pesos. En este caso, Cementerios acepta una sola renovación. Los cuerpos deben exhumarse a los cuatro años. Por 120 pesos, el gobierno acepta una única extensión por dos años más.
Osvaldo es de Villegas. Llamó a un programa de radio, ofreciendo en venta una bóveda, pero no en la Capital sino en su pueblo. “Mi caso es de puramente de seguridad –dice– y no económico.” De la bóveda se llevaron las placas de bronce y el mármol de Carrara de la entrada de un metro por dos de largo. “No sé ni cómo hicieron para despegarlo de la pared”, dice sorprendido. Después del mármol y las placas externas, los malos muchachos siguieron por adentro. “Un día llegamos al cementerio –cuenta– y nos dimos cuenta de que nos habían violado la puerta.” Del interior se llevaron portarretratos, bronces grabados con los nombres de la familia, jarrones, pero, eso sí, respetaron a los muertos. Los papás de Osvaldo siguieron ahí hasta el año pasado, cuando este caballero decidió llevárselos a un cementerio privado.