Lunes, 3 de mayo de 2010 | Hoy
- “Utilice la proporción adecuada de café y agua. Esta es la parte más importante para hacer un café perfecto. Se necesitan dos cucharadas colmadas (cuchara de té), por cada 100 gramos de agua, que es el equivalente a un jarro tipo americano”, informan en la página web de Café Martínez.
- “Hay dos tipos de café. Robusta: especie muy fuerte que crece en cualquier lado y tiene un 2 por ciento de cafeína. Arábica: especie muy delicada que necesita cuidado, sombra y la humedad exacta; y tiene un 1 por ciento de cafeína. Este es el mejor”, dice Paz Valdés, de Starbucks.
- No conservarlo en la heladera. La humedad es el enemigo número uno. Si no se puede dejar el hábito, la única opción es guardarlo en un envase hermético.
- Conservarlo en lugar fresco y seco.
- Se recomienda comprar café en grano de a poca cantidad y moler lo que se va a consumir. A los siete días de abrirlo pierde todas las propiedades, y después de molerlo tarda un día en perderlas. “Nosotros recomendamos que usted muela el café en casa. Por dos motivos principales: en primera instancia, porque el café se conserva mejor en grano, ya que una vez molido se oxida más rápido. No hay nada más rico que un café preparado con el café recién molido. Y en segundo lugar porque cada cafetera tiene pequeñas variaciones, que influyen en el tipo de molido que se debe realizar para la misma”, dicen en Café Martínez.
- Se puede moler en casa con miniprocesadoras. Para usar en cafetera de prensa francesa, hay que molerlo durante siete segundos y para usarlo en cafetera con filtro, diez segundos, recomienda Valdés.
- “Para tomar un buen café prepárelo justo antes de tomarlo, una vez que el café fue preparado comienza a perder paulatinamente sus cualidades. Manténgalo en un calentador (que no lo recaliente), o mejor aún en un termo. Nunca recaliente el café, ni lo deje más de 20 minutos en un calentador” (Café Martínez).
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