SOCIEDAD › UN TOUR PARA CONTINGENTES ORGANIZADO EN ESTADOS UNIDOS
Le armamos su circuito más nac&pop
Por J.B. y R.R.
La argentina Graciela Monteagudo, de 43 años, es la creadora del Proyecto Autonomista Argentina (www.autonomista.org), que organiza el primer “Piquetero Tour” del planeta. Monteagudo se fue a vivir a Estados Unidos en 1994, trabajó en una compañía de títeres y después del boom de Seattle se incorporó al movimiento antiglobalización. En junio del año pasado se enteró de la represión en el Puente Pueyrredón y al otro día fue a la asamblea donde se estaba organizando la protesta contra el Grupo de los 8, en Estados Unidos, planteó el tema y decidieron hacer una declaración de solidaridad. “Entonces pensé que si hubiese ocurrido en el Primer Mundo realizarían actos serios de protesta”, cuenta Monteagudo. Un mes después, se vino con un estadounidense a participar del acto por el primer aniversario del asesinato de Kosteki y Santillán. Se contactó con la Coordinadora Aníbal Verón y pensó que si no hacía nada concreto “en mi próxima visita a la Argentina podía faltar algún otro piquetero”.
Monteagudo volvió a Estados Unidos, dejó su trabajo y comenzó a contactarse con activistas por cuenta propia a través de Internet y de conocidos. “Quería traer a la Argentina gente interesada en contactarse con los movimientos sociales, estudiantes, artistas, activistas”, cuenta. La “empresa” es autonóma y se canaliza a través de organizaciones o universidades que le avisan que tienen delegaciones para viajar. “Entonces nos venimos y hablamos con asambleas, piqueteros, fábricas y tratamos de trabajar en proyectos concretos. No la tomo como un medio de vida, sino como un medio de subsistencia: me pagan los gastos, el pasaje y a veces recibo algunas contribuciones que me permiten pagar el alquiler de mi casa en Estados Unidos”, cuenta.
Las visitas en el país van de 10 a 15 días y el circuito comienza por las asambleas, porque “les interesa ver cómo funciona la democracia de base en una organización de masas”. También visitan fábricas recuperadas como Brukman o IMPA y luego se hace visita a la Aníbal Verón. “Cuando vamos a los barrios, comemos con los compañeros en la olla popular, colaboramos con la producción del pan, participamos de sus asambleas para ver cómo funciona el proceso de toma de decisiones y vamos a los piquetes. Discutimos sobre la realidad de los piqueteros y de los activistas extranjeros. Y el segundo objetivo es conseguir donaciones para las actividades productivas de la Verón”.
La primera delegación trajo 12 estudiantes estadounidenses. Luego pasó una alemana del Grupo de Acción Global de los Pueblos y un sindicalista canadiense. Y ahora están en el país cinco norteamericanas. Para julio, espera una delegación de militantes del Movimiento Antiglobalizador y en agosto vendrá un grupo de activistas de Washington que tienen la idea de comenzar a formar un movimiento de base. “Trato de conectar a los movimientos piqueteros, asambleas y las fábricas con los de antiglobalización. En una de las delegaciones vino un chico ciego de Boston. Me daba terror traerlo a Buenos Aires por el tránsito y la poca señalización. De camino hacia un piquete, paramos en la estación Avellaneda donde está el monolito de Darío y Maxi pese a que está cerrado. Para irnos teníamos que pasar por un terraplén. No sabíamos cómo hacer para que él también pudiera bajar. Hasta que vino un compañero que iba hacia el piquete –nunca supe quién era– y nos armó con piedras una escalera para que este muchacho pudiera bajar.”
Con la delegación de Boston, Monteagudo visitó al MTD de Almirante Brown y compartieron la olla popular. Pero los visitantes plantearon que eran vegetarianos. Entonces se discutió sobre cómo no comer carne y no caer en el desprecio. Los visitantes fueron bien temprano al barrio y cocinaron en dos ollas: una con carne y otra sin. Pero después fueron a otro de los barrios donde ni siquiera había carne. “Si no estuviera barato venir al país, esto no se podría hacer. Para los que vienen es un sacrificio juntarla plata. No es gente de clase media alta, más bien son estudiantes que no trabajan y ahorran como pueden. Tienen un compromiso con el movimiento mundial, no sólo con Argentina. Argentina llama la atención porque es un país rico y el FMI lo arruinó: ahí está su interés”, cierra Monteagudo.