UNIVERSIDAD › EL RECTOR DE LA UNIVERSIDAD DE TUCUMAN DEFIENDE SU IDEA DE UN BONO VOLUNTARIO PARA BECAS

“En este sistema universitario no hay solidaridad”

Para Marigliano, el problema es el egoísmo y el divisionismo político. Además, señala los cargos políticos “a rolete” y la “corporación docente” como culpables de la crisis presupuestaria.

 Por Javier Lorca

La semana pasada abrió una polémica cuando propuso que los estudiantes con más recursos paguen un bono para financiar becas. En diálogo con Página/12, el rector de la Universidad Nacional de Tucumán, el contador radical Mario Marigliano, defendió su idea. Pero no sólo eso: reconoció que en la universidad existen “cargos políticos a rolete” y dijo que para ordenar el sistema habría que “pelearse con toda la corporación docente”.
–¿En qué consiste su propuesta de cobrarles un bono a los estudiantes?
–No es una propuesta, es una idea personal que comenté como tal, sin haberla consensuado con nadie. Creo que debería haber un sistema de solidaridad para poder financiar becas. El sistema universitario podría manejar un fondito, voluntario, donde el que quiere poner, pone. No puede ser, por ejemplo, que mi hijo, que salió de un colegio de 350 pesos por mes, no tenga que aportar nada. Mi hijo pone 40 pesos por mes en su facultad, pero porque nos parece bien, porque no hay nada establecido.
–Algunas de las facultades de la UNT ya cobran bonos.
–De las catorce unidades académicas, al menos seis piden contribución voluntaria. Y, de eso, nada va para un fondo de becas, todo se usa para gastos de funcionamiento. Pero esto no está normado por la universidad. Esos fondos ingresan por la cooperadora de las facultades. Yo las controlo y si no tienen las cosas en orden les digo que las voy a cerrar. Lo que me duele es que no vaya nada para becas. Se lo pedí a los decanos, pero a los muchachos no les interesa. En el sistema universitario no hay solidaridad, cada uno defiende lo suyo.
–¿Va a formalizar y presentar como proyecto su idea?
–No sé. No pensé cuánto se cobraría, ni nada. Hoy estoy preocupado porque me llegan tarde los fondos para pagar los salarios. Si decido presentar un proyecto, lo tendrá que discutir el Consejo Superior. Si no les gusta, no lo aprobarán.
–¿No habría que regularizar el cobro que ya hacen algunas facultades?
–No, no. Las cooperadoras están creadas desde la normalización de la universidad. Con la platita que recaudan, las cooperadoras suplantan la falta de recursos. En Económicas hay aire acondicionado y los estudiantes tienen fresco. El jardín de la facultad está arreglado. Y esas cosas se hacen con lo que recauda la cooperadora. Las facultades que no tienen cooperadora, porque son de izquierda, como las de Psicología o la de Filosofía, viven de los posgrados, cuando no deberían.
–Le preguntaba si no sería mejor que la universidad tuviera un criterio institucional, normado.
–Eso sí. Los he reunido a los decanos y les dije: muchachos, esto hay que unificarlo, no puede ser que cada uno cobre lo que quiere. Han puesto el grito en el cielo. No quieren saber nada. Pero les voy a seguir reclamando para que una parte vaya para becas.
–¿No cree que cobrar un bono podría desalentar a muchos alumnos?
–Mientras sea voluntario, me parece que sería incluyente, porque ayudaría con becas a los que menos tienen. Sería excluyente si fuera obligatorio. Siendo decano de Económicas organicé un sistema de bonos y logré que el 67 por ciento de los alumnos me pagara los diez pesitos. Iba aula por aula, yo mismo. Primero fue un lío, pero después nadie protestó. Al contrario, los hice participar a los estudiantes en la cooperadora, para que decidieran qué se hacía con la plata. Al final, la puja entre las agrupaciones era ver cuál tenía el mejor proyecto para usar esos fondos.
–¿Los bonos les transferirían a los estudiantes la responsabilidad de financiar la universidad, una responsabilidad que es del Estado?
–Pero si hemos ido cantidad de veces a reclamarle al Gobierno. Somos el último orejón del tarro para el Gobierno. Además, el presupuesto de la universidad es de 100 millones. ¿A alguien le parece que puedo quitarle alguna responsabilidad al Estado recaudando un palo? Y con esa plata yo podría dar mil becas y ayudar a un montón de estudiantes a viajar, a pagarse los apuntes. No le quito ninguna responsabilidad al Estado. Pero con el presupuesto no alcanza. La universidad está cada vez más deteriorada. Y sin universidad no hay futuro para el país. ¿Hasta cuándo vamos a seguir reclamándole al Estado? No. Así no podemos seguir.
–Antes de cobrarles a los alumnos, ¿no se podría gastar más eficientemente en la universidad?
–También. Hay que bajar la planta de personal. La UNT gasta un 90 por ciento del presupuesto en salarios. Eso hay que bajarlo al 80. Alguna vez, el Consejo Superior tendrá que acordar que, cuando no hay alumnos, no se cobra el cargo docente. Hay jubilaciones y las cátedras quieren conservar los cargos. Pero para esto hay que pelearse con toda la corporación docente. Esto sin hablar de las incompatibilidades: docentes full time en Tucumán y full time en Jujuy. Conozco todas las mañas de los docentes, porque yo hice toda la carrera.
–¿Y los cargos políticos?
–También. Cargos políticos hay a rolete. Mientras siga el sistema de elección de autoridades como está, va a seguir así... Aunque el gasto político en la UNT es el más bajo del país. Pero hay que reordenar la universidad. Hay carreras con treinta alumnos y cátedras con profesores titulares, asociados, adjuntos, todos full time. ¿Qué hacen todos esos profesores? Pero acá nadie quiere bajar el pie del plato.

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El rector Marigliano dice que su idea es “personal”.
 
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