Viernes, 6 de junio de 2014 | Hoy
SOCIEDAD › EL DOLOR DEL PADRE DE LA MUJER TRAS ENTERARSE DE LA NUEVA PISTA
El padre de la mujer que apareció muerta en una planta de la Ceamse dijo ayer, ante la posibilidad de que su hija haya sido vista con vida un día antes, dentro de un contenedor en el barrio porteño de Retiro, que no entiende por qué “la gente es tan fría” y no la ayudaron.
“¿Por qué la gente es tan fría?, ¿por qué tiene que pasar esto?, ¿por qué nadie puede apiadarse de alguien que está en un contenedor?”, sostuvo anoche ante la prensa Raimundo Giménez, padre de la fallecida Adriana Paula.
Así se refirió el hombre, que estaba acompañado de la diputada nacional Elisa Carrió, amiga de la familia, a la pista que surgió de la empresa Cliba, que informó a la Justicia que recolectores vieron a una mujer en aparente situación de calle el domingo y el lunes por la mañana dentro de un contenedor en Retiro.
“No sé por qué falta esa sensibilidad en las personas (...) Cuando un ser humano es distinto, todos nos hacemos los distraídos y miramos para un costado. No tendríamos que ser así. Tenemos que ayudar”, expresó Raimundo. Y agregó: “Me duele mucho. Me molesta mucho (...) Son tantos los porqués que me vienen a la mente que no puedo discernir la situación (...) Pido justicia.”
Respecto de cómo era su hija, el hombre contó que “tenía sus crisis, pero era una persona muy sensible, muy especial, cariñosa con su madre y con su padre”, pero que padecía “problemas cuando no tomaba su medicina”.
“(Cuando no tomaba sus medicamentos) se reía, estaba perdida, en otra dimensión (...) Ella contestaba a las voces y a veces les hacía caso a esas voces. A veces esas voces la hacían reír, pero también a veces la hacían enojar. Dependía del estado de ánimo”, recordó.
Luego le preguntaron si el día que desapareció había tomado sus medicamentos, y el padre respondió “totalmente”. “Queríamos seguir con un tratamiento para que ella se sintiera mejor”, agregó en ese sentido.
Sobre cómo se encontraba su hija al momento de desaparecer, Raimundo señaló: “Estaba impactada por la gran Ciudad. Por el hotel. (...) Estaba contentísima. Esa noche le decía a su madre ‘quiero pasear, vamos a salir, mamá’, pero la madre estaba cansada y le dijo ‘no, hija, vamos a salir mañana’, pero no le hizo caso”.
“Cuando era chica y estábamos en el Impenetrable y salíamos del monte, ella reía, y se divertía cuando recorríamos el centro (de alguna ciudad). Las luces la impactaban”, concluyó.
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