SOCIEDAD
El caso del mozambiqueño
Guzmán Zevallos no es el primer representante de un país extranjero castigado por las fuerzas del desorden argentinas con el argumento de que “tiene cara de negro”. Página/12 reveló en exclusiva el caso de Omar Mirasse, representante del gobierno de Mozambique enviado por su país a Bolivia para participar de un congreso del Banco Mundial. El hecho ocurrió el 24 de junio de 2000, en Ezeiza, donde Mirasse debió realizar trasbordo y tomar un avión a La Paz. Como el vuelo que lo traía desde Africa se había demorado, perdió su trasbordo y comenzó a deambular buscando un pasaje alternativo. Negro merodeando, imaginaron los policías aeronáuticos, y lo detuvieron, lo encerraron en una celda y lo mantuvieron incomunicado, sin posibilidad de comunicarse con nadie. Un día después, lo deportaron esposado a Sudáfrica. El caso provocó una muy fuerte queja del Banco Mundial y desató tal escándalo que provocó la intervención del ex presidente Fernando de la Rúa.