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Las películas en las que se consuma tabaco no deben tener acceso a subsidios estatales: así lo sostiene la Organización Mundial de la Salud (OMS). El mismo texto oficial pide que, cuando una película presente consumo de tabaco, sea prohibida para menores e incluya leyendas advirtiendo sobre los peligros del fumar.

El documento Smoke-free movies: from evidence to action, emitido por la OMS en 2011, empieza por advertir que “los acuerdos voluntarios con la industria del tabaco para limitar el fumar en películas no funcionaron y no pueden funcionar porque los intereses de esa industria se oponen a los de la salud pública”. Y señala que “la industria del tabaco ha invertido millones de dólares para mantener la presencia del fumar en películas”. El texto advierte que “la exposición al fumar, en películas, incrementa la iniciación al tabaquismo en adolescentes”, ya que “afecta las actitudes en el corto plazo”.

Las medidas que la OMS recomienda incluyen: “En las películas donde aparezca tabaco, requerir certificación de los productores en cuanto a que no han recibido beneficios económicos por hacerlo”. Además, debe estar prohibida la aparición de marcas de productos de tabaco, ya que “es claramente una forma de publicidad y promoción”. En caso de que haya personajes que fumen, “debe requerirse un fuerte anuncio antitabáquico”, que debería incluirse al principio de la película”, de acuerdo con el mismo criterio que exige estas advertencias en los lugares donde se expende tabaco (esto ya se aplica en películas de países como la India, que tiene una poderosa industria cinematográfica para el consumo interno).

Otra medida requerida por la OMS es “que toda película con imágenes de tabaco esté reservada para adultos”, lo cual “sería un método efectivo para reducir la exposición adolescente al uso de tabaco, sin interferir con el contenido de la película”. Esto “con la posible excepción de películas que sin ambigüedades presenten las consecuencias peligrosas del uso de tabaco, o bien presenten fumando a una figura histórica que efectivamente fumara”, citando el caso de Winston Churchill.

La OMS requiere también que “las películas y producciones audiovisuales en las que se fume no sean elegibles para subsidios públicos”, ya que éstos “deben articularse con el imperativo de salud pública de proteger a las poblaciones de la promoción del tabaco”.