Por José Maggi
Desde Pavón Arriba, Santa Fe

Los fuertes vientos se ensañaron con dos localidades del sur santafesino, Pavón Arriba y Chabás, que sufrieron las peores consecuencias del tornado. En Pavón Arriba, a 45 kilómetros de Rosario, ráfagas de más de 130 kilómetros por hora arrasaron seis plantas de silos de cereales y volaron los techos de la única escuela, del cuartel de bomberos, de los dos clubes, de otro medio centenar de viviendas y dañaron gravemente la plantación de duraznos, un producto clásico del lugar. En Chabás, el viento provocó similares consecuencias en plantas de acopio de cereales, en la central de bomberos y una veintena de casas, además de nueve heridos. El tornado se cobró la vida de cinco personas en esta región, así como enormes destrozos de viviendas e instalaciones y dejando sin servicio eléctrico a miles de usuarios.
Pero Pavón Arriba sin dudas se llevó la peor parte. Su geografía asemejaba a un frente de batalla: chapas arrojadas por el viento que amanecieron colgadas de cables, postes de tres metros que “viajaron” más de una cuadra para incrustarse a unos 15 metros de altura en la pared de un club, plantas de silos completas arrugadas como un papel, que rodaron a campo traviesa hasta 500 metros. Como muestra de la fuerza del viento, una verdadera pared de eucaliptus de entre 15 y 20 metros de altura quedó por la mitad, como si una enorme mano los hubiera talado.
El techo de la escuela del pueblo fue arrasado en un 80 por ciento, afectando aulas y salón de actos. Los dos clubes locales, Unión y San Martín, vieron volar las chapas de sus gimnasios. El cuartel de bomberos se vio afectado en casi su totalidad.
Pero la plaza de Pavón Arriba era quizás el espectáculo más impactante: una enorme parva de ramas verdes y restos de cables se amontonaron en el corazón del pueblo. Un enorme transformador de energía se derribó sobre una propiedad ubicada frente a la comisaría y la Municipalidad. La energía eléctrica se cortó durante la tormenta y los habitantes de Pavón no esperan que regrese antes de una semana.
El tornado también causó numerosos daños e inconvenientes en otras poblaciones como Villa Mugueta, Pueblo Muñoz, Arminda y Sanford. En Cuatro Esquinas, añosos eucaliptus de más de 20 metros de altura fueron arrancados de cuajo y cayeron sobre varias propiedades, entre ellas una gomería, una estación de servicio y varios camiones que en plena tormenta trataron de buscar refugio bajo su techo.
Los fuertes vientos provocaron también vuelcos de camiones en las rutas nacional 33 y las rutas provinciales 14, 18 y 92. A media tarde, dos de ellos podían observarse sobre la autopista Rosario-Buenos Aires.