El gobierno nacional les pidió a las autoridades de Santo Tomé un diagnóstico con los resultados de la tragedia. Las autoridades locales mencionaran el número de casas destruidas, los bienes perdidos, pero además darán cuenta de la necesidad de un estudio técnico que dé cuenta de los motivos de fondo que expliquen la relación entre los procesos de forestación intensiva y los fenómenos climáticos de la región: “Este es un tema para analizar –le dijo el concejal Eduardo Boero a este diario–; la forestación provocó un cambió total en el clima”.
El proceso de forestación intensiva en la zona correntina de Santo Tomé no es reciente. Comenzó hace ocho años. Sin embargo, en los tres últimos años las inversiones y el desarrollo de los tendidos forestales se fueron intensificando sobre una extensión de 80 mil hectáreas. La región forestal crece nutrida por un grupo de empresas privadas, entre ellas Bosques del Plata, de capitales chilenos. La dimensión de sus plantaciones parece comparable con el objetivo final: según el concejal Eduardo Boero, la empresa proyecta ahí la construcción de una de las papeleras más grandes del país.
¿Qué tiene que ver la forestación con el tornado? Página/12 consultó a Norberto García, un meteorólogo especialista en climatología de la zona del Litoral. El experto asegura que la forestación, y no sólo los procesos de deforestación –cuyos efectos ambientales son más conocidos–, produce algún tipo de impacto ambiental. “Tanto la forestación como la deforestación –dice– tienen efectos, una los tiene en un sentido y la otra en sentido inverso”. Esta explicación permitiría darle algún tipo de sustento a lo que las autoridades de Santo Tomé definen como “trastornos ambientales”. Sin embargo, para García, esa hipótesis aún no parecería poder confirmarse: “Para advertir los cambios, las superficies sometidas a estos procesos intensivos de forestación tiene que ser mucho más extensas –explica–: y estamos hablando no de 80 mil hectáreas sino de un millón”.
Existen otros especialistas que descartan completamente el peso de la forestación como disparador de los tornados. Es el caso, por ejemplo, de Osvaldo Canziani, copresidente de Impactos y Adaptación al cambio climático de Naciones Unidas. Canziani está convencido de que detrás de los tornados existe otra gran explicación: los cambios climáticos originados por el recalentamiento del planeta. A modo de ejemplo, explicó que esa situación se acelera desde los años `50. El fenómeno provoca entre otros efectos, lluvias o tornados. “En la Pampa Húmeda e incluso en el Litoral –explica a modo de ejemplo–, entre 1900 y 1975 existía una tormenta intensa prácticamente cada dos años; en los últimos 25 años, en cambio, se dan entre tres tormentas de promedio anuales, con distintos tipos de intensidad pero que en ocasiones duplican con 250 milímetros las lluvias promedio del período anterior.”