Mariana Horowitz había terminado el 2013 de una manera increíble. A sus 41 años dominó de punta a punta el Campeonato Regional de Duatlón, ganando varias carreras en la Costa Atlántica, aunque lo más destacado fue el Ironman de Concordia, donde se impuso tras 180 kilómetros de ciclismo, 42 de trote y 4 de nado. Una prueba durísima, casi inhumana. Fue la primera gesellina en la historia que alcanzó el primer puesto en esa especialidad y, a fin de ese año, la comunidad reconoció ese mérito otorgándole el Araucaria de Oro, premio que consagra la mejor labor deportiva de la ciudad. Mariana se había recibido de guardavidas en Mar Chiquita y trabajaba como socorrista, aunque en verano se hacía de un ingreso extra trabajando en el comercio familiar de Villa Gesell. Aunque el mar era su hábitat, su bálsamo y su lugar de trabajo. Era una fuente inagotable de energía. El agua salada brotaba en su vida.