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No es fácil que la infraestructura acompañe un crecimiento tan rápido como el de Mar de las Pampas. Como ejemplo, un dato insólito: pese a que el balneario ya puede albergar a 3000 turistas, no tiene supermercado. Los turistas deben hacer sus compras en Villa Gesell o Mar Azul. Uno de los motivos es que, por la zonificación vigente, no se pueden poner expendios de alimentos en el centro sino sólo en la avenida que conduce a la ruta y si bien hubo interesados no llegaron a un acuerdo. Hay en cambio muchos restaurantes y negocios de decoración, artesanía y ropa. Este año se inauguran tres nuevas galerías comerciales y un club hípico.
Otro efecto del crecimiento se ve en los servicios. “Hay muchos cortes porque las empresas no dan abasto –dice Eliana, de la Inmobiliaria Manrique–. Lo mismo pasa con la instalación de teléfonos. Pedís uno ahora y te lo dan en marzo.”
Según Jorge Siempris, jefe de Turismo del municipio, el problema con la luz es el mismo que afecta a toda la costa. “Hay un déficit de suministro eléctrico en verano que suele reflejarse en cortes –dice–. El problema es que las empresas que venden energía no hicieron oportunamente las obras que correspondían. Es un problema estructural de toda la costa. A nivel local, sin embargo, la cooperativa eléctrica hizo un buen trabajo, previendo las estimaciones de consumo.”