SOCIEDAD
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La violencia, una constante
La historia de Rosa Leiva está signada por la violencia y el abuso sexual. Madre de seis hijos, tres de cada uno de sus dos matrimonios, esta mujer de 43 años denunció más de una vez a su segunda pareja, por golpearla y abusar de su hija de 13 años. El hombre, de 47 años, “era muy inestable laboralmente y yo trabajaba vendiendo cosméticos, por lo que muchas veces él se quedaba con mis hijos”, explicó Rosa, quien convivió 13 años con su último marido. En el Juzgado Nº 3 de Menores de San Isidro está radicada la causa por abuso, que jamás prosperó. Y actualmente, hay otra en el Juzgado Nº 2 del mismo distrito, caratulada como “Violencia familiar con exclusión del hogar”. Rosa se separó en noviembre del año pasado. Ahora, su ex pareja no puede acercarse más de 300 metros a su casa, en San Fernando, donde vive con sus tres hijas más chicas. Sin embargo, el hombre, que tampoco cumple con la cuota alimentaria, viola la exclusión perimetral.
“Me golpeó un montón de veces. Yo vivía atemorizada; siempre tenía que estar en mi casa cuando él llegaba”, relató a Página/12. Incluso, cuando Rosa tuvo a su hija más chica, hace tres años, su pareja quería que fuese varón. Y le llegó a negar “la entrada” a su casa cuando volvió del hospital. Rosa denunció a su marido y la Justicia obligó al hombre a dejarla a su mujer que ingrese a la vivienda. Pero la violencia no menguó y, pesar de la intervención judicial, la agresión continuó en forma verbal.
Además de la causa abierta por abuso a una de sus hijas, hoy, este hecho está incluido en la causa por violencia familiar. Y a casi cinco años del episodio, aún no hubo resolución.
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