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Para prevenir incidentes como los que se generaron durante el tratamiento de la reforma al Código de Convivencia, las autoridades de la Legislatura acordaron vallar el edificio. Y dejar afuera a los grupos más radicalizados contrarios a la incorporación de la educación sexual en las escuelas porteñas. Según informó Santiago De Estrada, vicepresidente primero del cuerpo, cada diputado dio el nombre de dos invitados, que serán los únicos autorizados a ingresar. En total habrá un máximo de 120 invitados, más o menos sesenta por cada bando. “La idea es que sólo ingrese la cantidad de gente equivalente al número de asientos que hay en las gradas para que el clima sea respirable”, señaló a Página/12 Marcelo Godoy, de Compromiso para el Cambio, presidente de la Comisión de Educación.
Godoy destacó el hecho de que el polémico tema llegue al recinto. “Este es un proyecto que se viene intentando tratar desde hace ocho años y recién ahora llega al recinto. Es un logro importante que se dé la discusión y que se haga en un clima pacífico. Pero no debe ser un pretexto ideológico para que la derecha se cascotee con la izquierda”, señaló Godoy, quien apoya el proyecto de Santiago De Estrada, pero a pesar de ello facilitó el debate de ambas iniciativas en la Comisión de Educación.