“Es una locura tan absurda lo que ha dicho este señor, que no voy a hacer nada”, contestó Ginés González García, ministro de Salud de la Nación, cuando desde una radio le preguntaron por su respuesta a Antonio Baseotto, obispo castrense, quien había recomendado que el titular de la cartera sanitaria fuese sumergido en el mar con el cuello atado a una piedra. “De contestarle tendría que ser una cosa personal, porque creo que ha sido casi de contenido judicial ese tipo de intimidación, pero no voy a hacer nada”, explicó.
González García insistió en su defensa de la despenalización del aborto sostenida en una nota publicada por Página/12 –y el reparto de preservativos, que habían suscitado la propuesta del obispo–: el uso de preservativos “no es una política sanitaria mía, es lo que hace el mundo para parar el sida”, y, si se despenalizara el aborto, “evitaríamos mucha mortalidad materna”, afirmó.
El ministro destacó la vigencia de la Ley de Salud Sexual y Procreación Responsable: “Hay que prevenir los embarazos no deseados, justamente como una manera de prevenir una parte de los abortos”, y “en todos los centros de atención primaria del país tiene que ofrecerse información, anticonceptivos y preservativos”.