SOCIEDAD
• SUBNOTA › LA IMPORTANCIA DE INVESTIGAR LOS COMETAS
“Son como fósiles del espacio”
› Por Pedro Lipcovich
El impacto de ayer sobre el cometa Tempel podría ser, para la astronomía, como el desentierro del primer dinosaurio fue para la arqueología: el director científico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) explicó a este diario que los cometas pueden considerarse “fósiles” del espacio, ya que preservan en sí las condiciones de la materia tal como fue en el instante mismo de la formación del sistema solar. Pero esto vale sólo para el interior de cada cometa, no alterado ni contaminado por miles de millones de años de exposición al sol y los rayos cósmicos: por eso fue necesario torpedear el Tempel e, inmediatamente después, empezar a leer con telescopios el mensaje contenido en sus entrañas. Estos datos podrían ayudar a resolver la cuestión de si el sol es una estrella de segunda o tercera generación, es decir, si la materia que compone la Tierra fue vomitada una vez por una supernova o si, más, hubo primero una estrella que explotó y, de sus restos, todavía otra que nació y murió para que se formara el Sol con sus planetas y también, como enterrados en el espacio, 50.000 veces más lejos que la Tierra, los cometas.
–El especial interés del experimento efectuado sobre el cometa Tempel 1 proviene de que, según se cree, los cometas contienen en su interior el material primordial del sistema solar –comentó Marcos Machado, director científico de la Conae–: son como fósiles donde ese origen se conserva.
–¿Por qué sólo en los cometas?
–Cuando, por contracción gravitacional, se formó el sistema solar, todo empezó a caer hacia un centro que fue el sol; alrededor quedaron unos restos, los planetas y, mucho más lejos, unos vestigios, los cometas. Están en una formación llamada “nube de Orr”, a 50.000 unidades astronómicas de distancia del sol. (Se llama “unidad astronómica” a la distancia entre la Tierra y el Sol. El planeta más alejado, Plutón, está a menos de 40 unidades astronómicas.) Allí, el Sol se ve apenas como una estrella un poco más brillante y su influencia es mínima: los cometas no han experimentado las mutaciones que, por efectos de la radiación solar, sufrieron los planetas y los asteroides. Además, en los planetas se generó un núcleo incandescente que los modificó: esto no sucedió en los cometas, que son poco más que pequeñas acumulaciones de materia congelada.
–¿Por qué, sin embargo, la superficie de los cometas se modificó?
–Los únicos cometas que podemos conocer son aquellos que, desde ese espacio profundo, se acercan al sol: en su viaje, pueden incorporar partículas del medio interplanetario, y también los altera la radiación solar. Por eso la idea de romper el cometa: hacerle un cráter y apuntar telescopios sobre la materia emergente para analizar, mediante espectroscopios, su composición.
–¿A qué cuestiones sobre los orígenes del sistema solar podría aportar la investigación sobre el Temple 1?
–Se cree que el Sol es una estrella de tercera generación. La primera generación fue el Big Bang, de donde brotó el universo; la segunda generación fue una estrella que, al explotar como supernova, emitió la materia de la cual hubo de formarse el Sol; pero tal vez el Sol sea de cuarta generación, tal vez hubo otra estrella que nació y murió en este camino. Esto todavía no se sabe pero, sobre todo, en experimentos de este orden suelen aparecer respuestas, y preguntas, que no se habían previsto.
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