“Hay actualmente un debate fuerte en el ámbito del Comercio Justo –contó Harold Picchi, titular de la ONG Otro Mercado al Sur–. Algunas organizaciones admiten la participación de empresas convencionales, aunque no sean cooperativas ni organizaciones de pequeños productores, siempre y cuando cumplan con determinadas condiciones éticas respecto de los trabajadores y el medio ambiente, cuyo cumplimiento puede certificarse, en términos de responsabilidad social empresaria. En cambio otras, que en general integran la red IFAT (de comercio justo), no se limitan a preservar esas condiciones sino que procuran incluir a productores marginales que no tienen fácil acceso al mercado.” La ONG argentina Otro Mercado al Sur ya solicitó el ingreso en la red IFAT, que sólo podrá obtener dentro de seis meses, cuando cumpla dos años de actividad.

El movimiento internacional de Comercio Justo nació en Europa hace 40 años. El decálogo de la red IFAT incluye “el compromiso con las prácticas comerciales basadas en pagos dignos a los productores y la composición justa de los precios, eliminando la especulación como práctica”, “garantizar ambientes de trabajo con amplio respeto a las condiciones de seguridad vigentes”, “alentar productos de la tradición cultural de los pueblos y personas”, “la oposición a la discriminación laboral por sexo, raza o edad” y “la prohibición del trabajo infantil”.