“El sistema de salud está en agonía y lo que hay que hacer es recomponer la cadena de pagos”, dice Ginés González García, ex ministro de Salud bonaerense, titular de la Fundación I Salud y hombre de consulta para cualquier gestión en materia sanitaria. Para el especialista, lo que falta en esta emergencia no son medicamentos, sino dinero para pagarlos: “Entre el Estado y las obras sociales le deben al sistema 1.000 millones de pesos”, afirmó.
–¿Cómo debería resolverse esta emergencia creada por la falta de medicamentos?
–Lo que falta no son medicamentos sino plata. Medicamentos hay: la Argentina tiene la mejor industria farmacéutica de América latina. El problema es que el Estado y las obras sociales no le pagan.
–Y que hoy están especulando con los precios.
–No me caracterizo por ser un defensor de los laboratorios, pero hay que decir que hasta ahora el sector ha mantenido los precios. Los primeros días sí hubo maniobras de algunos negocios que guardaban mercadería por la incertidumbre con los precios, para no perder con la reposición.
–Los pacientes, sin embargo, denuncian desabastecimiento.
–Si hablamos de desabastecimiento estamos haciendo un mal diagnóstico. Porque si usted va con efectivo la farmacia le vende. Entonces, los proveedores no entregan a los que no le pagan.
–El ministro de Salud bonaerense dice que ni siquiera se han presentado a licitación para insumos como jeringas o placas radiográficas.
–No se presentan porque el Estado no les paga. Y lo mismo pasa con el PAMI y las obras sociales. El sistema está en cesación de pagos.
–Sin embargo, el gobierno tuvo que pedirle insulina a Brasil.
–Eso es relativo. Porque en la Argentina no falta la insulina. La industria farmacéutica brasileña es el 30 por ciento de la argentina. Los laboratorios nacionales, en Brasil, tienen el 20 por ciento del mercado, mientras que en Argentina tienen el 50 por ciento de la producción local.
–¿Cuál debería ser la solución, entonces, para esta emergencia?
–El sistema en este momento no funciona porque está colapsado. La solución es que aparezca en forma inmediata una partida destinada a insumos, sea en efectivo o en bonos. Acá se está haciendo una gran inversión en mano de obra, los profesionales de la salud, que están ociosos porque no hay insumos. Creo que es oportuno que se haya declarado la emergencia sanitaria. Lo que me extraña es que hasta ahora no se hayan ocupado de un sistema que está en agonía de la misma manera que se han ocupado de los bancos.
–¿Puede afrontarse una emergencia sin un Ministerio de Salud?
–Ese es un tema que me tiene muy enojado. No hay país moderno que no tenga un Ministerio de Salud. El Estado debe tener un instrumento para regular y garantizar al conjunto de la población el acceso a la salud.
–¿Cree que el Estado está en condiciones de producir medicamentos, como hace Brasil con los del sida?
–No creo que sea necesario, porque el país tiene una industria fuerte. El Estado sí debe actuar en la regulación del sistema. Su función es garantizar el acceso de la gente a la salud. Lo que sí puede imitar de Brasil es su política de patentes: ellos han tomado una posición dura con los laboratorios, para producir antirretrovirales en laboratorios del Estado sin pagar patentes. Pero eso requiere de una decisión política.