Desde Santa Fe

Jorge Obeid tuvo que corregir la promesa oficial de desagotar la zona inundada de la ciudad de Santa Fe antes de esta medianoche. “Si el tiempo nos ayuda y no se presentan inconvenientes en los equipos de bombeo, el martes a la noche toda la ciudad de Santa Fe debería estar sin agua”, pronosticó –el domingo– el ministro de Asuntos Hídricos, Alberto Joaquín. Ayer, el gobernador estimó que la tarea va a demandar mucho más tiempo. “La expectativa que tenemos es que en tres o cuatro días, como máximo, y siempre y cuando no llueva, vamos a tener evacuadas todas las áreas afectadas”, dijo Obeid.

El mandatario ofreció ayer una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno, junto a la vicegobernadora, María Eugenia Bielsa, y dos ministros nacionales, Alicia Kirchner (Desarrollo Social) y Ginés González García (Salud). Obeid reconoció que hubo “errores” y “falencias” en la asistencia a los damnificados, pero “estamos poniendo el alma y la vida para sacar adelante esto”, dijo.

“En cinco días llovió 575 milímetros, que es lo que habitualmente llueve en siete meses. Y esto generó una serie de fenómenos muy dramáticos sobre los cuales estamos actuando desde el lunes pasado. El sistema de defensas que nos protege del río Salado y del río Paraná funcionó a la perfección, porque si no hubieran existido esas defensas, con la altura que tienen los ríos y con toda el agua que cayó estaría inundada, sin lugar a dudas, la totalidad de la superficie de la ciudad de Santa Fe”, explicó Obeid. “Pero el problema más grave es que se conjugaron dos situaciones desfavorables: el río alto y una lluvia inédita. Cuando el río está bajo, las defensas que son las que hacen la olla en la ciudad descargan por gravedad a través de compuertas que se abren, pero en estos momentos no se pueden abrir porque los ríos están altos.”