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Domingo, 11 de julio de 2004

EL CRECIMIENTO DE LA CONSTRUCCION Y EL VALOR DE LOS INMUEBLES

“Los precios van a subir”

La obra privada está impulsando la recuperación del sector de la construcción. Para Ricardo Gattoni, el valor del metro cuadrado en algunas zonas sigue retrasado.

 Por Cledis Candelaresi

En el último año y medio, la siderúrgica y la construcción emergieron como los sectores más beneficiados por la política económica, por las ventajas exportadoras y por la reactivación del mercado interno. Ricardo Gattoni, responsable de comercialización de AcerBrag, se entusiasmó ante Cash en su doble condición de ejecutivo de esa siderúrgica, propiedad del grupo Lupier (también dueño de los colchones Piero) y vocero de ConstruYa, asociación de firmas productoras de insumos para construir, que también nuclea, entre otras, a Loma Negra y Acindar. La obra pública, asegura, aún tiene escaso peso en el despegue de la actividad, fogoneada por los pequeños ahorristas privados.
¿Puede decirse que ustedes son parte de la mejora en la construcción?
–Estamos teniendo un crecimiento sostenido, básicamente impulsado por la obra privada. El boom de la obra pública todavía no se dio. Salvo en obras viales o algunos planes de vivienda no se ve el peso de las obras estatales. Algunas que se licitaron en la época de Duhalde recién se están adjudicando ahora. Lo que sucedió es que muchos pequeños ahorristas que consiguieron sacar su dinero del corralito, del colchón o lo repatriaron, como no confían en los bancos, decidieron invertir esos fondos en ladrillos. Así se lanzaron a construir edificios de consorcios al costo, casas en los countries u hoteles en Cariló, Pinamar o en el sur. Lo mismo hizo el chacarero, que se animó a mejoras en sus casas o a levantar silos.
¿Esas demoras en las obras públicas están dentro de lo normal?
–Es que hacen falta los fondos, y eso depende de los préstamos internacionales. Hace falta salir del default. Esto frenó la inversión pública que hasta ahora se hizo con fondos propios, pero no con apoyo de crédito.
Pero a pesar de esta falta, a la construcción le va bien.
–La construcción creció desde el peor momento un 80 por ciento. Aun así, estamos un 20 por debajo del mejor momento, en 1998.
¿Esta mejora fue acompañada por un reacomodamiento en los precios?
–Sí, pero lentamente, al vaivén de la demanda. Sin embargo, la mayor parte de los insumos no recuperó valor predevaluación. Quizás el acero sí, porque es un commodity internacional y se encareció el doble, de 260 a 270 dólares la tonelada a cerca de los 500 dólares actuales. Otros insumos están por debajo. De cualquier modo no creo que los aumentos influyan en la actividad del sector. Construir sigue siendo un buen negocio, ya que su costo está muy por debajo de los valores históricos. El costo de una vivienda de country está alrededor de 700 u 800 pesos el metro cuadrado, menos de 300 dólares. En algún momento los precios irán subiendo lentamente. Y esperemos que los salarios también alcancen niveles más lógicos.
¿Qué pasó con la inversión?
–En el grupo ConstruYa muchos están invirtiendo en más capacidad. El Milagro, en plantas de cales en San Juan, por ejemplo; Aluar y Cerro Negro también tienen proyectos de expansión. Creemos que la tendencia es a incrementar las inversiones pública y privada. La construcción seguirá mejorando, aunque también es cierto que no lo hará a los índices extraordinarios del año pasado.
¿Como consiguió AcerBrag hacerse un lugar en el mercado enfrentando a competidores de la talla de Acindar o Siderar?
–Por ahora, sin dificultades. Se puede coexistir en el mercado con competencia abierta. Nosotros no sufrimos ninguna práctica depredatoria. Por eso ahora estamos comprometidos en una inversión de 60 millones de dólares. La realidad es que el mercado del acero para la construcción está en manos de Brasil, también en la Argentina.
¿Esa es la “polarización regional” del acero para la construcción?
–Sí. En Brasil, el mercado está dominado por Belgomineira y el grupo Gerdau. El tercer actor, un poco más chico, es Berramansa, del grupoTarantín. Esas mismas firmas están presentes en la Argentina (Belgomineira en Acindar), Uruguay y Chile, donde Gerdau se asoció con CAP (Corporación del Acero) para comprar todos los activos de Acindar en esa plaza.

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