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Domingo, 12 de junio de 2005

LA INDUSTRIA TEXTIL, INVERSIóN Y LA COMPETENCIA DE LAS IMPORTACIONES

“No hay que quejarse”

El dólar alto impulsó el renacimiento del sector textil.Ahora, con suba de costos, se les presenta la alternativa de invertir o repetir experiencias pasadas de estancamiento.

 Por Cledis Candelaresi

Raver Pass, una marca de ropa informal que se vende a través de franquicias en más de dieciocho locales, parece una excepción. Comulga con la queja de sus colegas en que la ventaja cambiaria de hace dos años se fue licuando y que no existe una estrategia oficial que priorice la industria. Aun así, apuesta a invertir 5 millones de pesos para un centro de investigación que le permita cuadruplicar la producción con prendas premium, según detalló ante Cash Pablo Sönne, creador de la empresa. Otra diferencia singular: en plena crisis, desechó una oferta para vender su pyme en 3 millones de dólares.

¿Por qué no vendieron?

–La empresa no había desplegado todo su potencial y estaba muy lejos del valor que podía alcanzar la marca. No estoy arrepentido de esa decisión. Una cosa es hacer simplemente un negocio y otro llevar adelante un proyecto.

Hay una contradicción entre la prosperidad de su marca y el discurso de queja permanente del sector textil.

–No soy la excepción. Pero ojalá hubiera muchos industriales con una similar política de trabajo, así podríamos empezar a trabajar en otra escala, con mayor volumen y distinguiéndonos por el diseño. Como ocurre en Francia, donde hay una línea de diseñadores y una industria ligada a ellos que termina marcando una tendencia, generando moda.

Uno puede tener un proyecto y objetivos claros, pero en condiciones macroeconómicas no favorables. Sus colegas se quejan, justamente, de eso.

–Primero hay que tratar de potenciar al máximo lo interno. Hay que reconvertirse, capacitar a la gente, invertir y después hablar de lo exterior.

¿Cuál es la situación de mercado?

–Queda muy poquito tiempo para consolidar la industria hasta que perdamos esta pequeña ventaja cambiaria. Al principio de la devaluación era un elemento muy sustancial. Pero ahora, con la suba de costos, se fue neutralizando. Por eso estamos trabajando para reposicionarnos a nivel tecnológico para producir con más calidad y cantidad, con el agregado de valor del diseño.

¿El diseño es lo distintivo?

–El diseño y el detalle. Para hacer un producto muy particular, como un abrigo que permita estar sentado en la nieve y no mojarse es necesario un desarrollo especial, con moldería específica, por ejemplo.

¿Esos productos especiales están afectados también por la competencia de Brasil?

–La competencia de Brasil es buena porque autoexige y permite medirnos. Lo que necesitamos es una cierta contención hasta desarrollar una magnitud similar a la de ellos. A los empresarios argentinos nos hace falta unirnos, tener consenso y dejar de lado las mezquindades individuales. Así podremos alcanzar volúmenes para que la Argentina sea un productor textil importante y no pase lo que pasa con el cuero, que les vendemos la materia prima y les compramos los zapatos.

¿Usted cree que la clave de la competitividad de Brasil es la escala de su mercado?

–La realidad es que en la Argentina ni siquiera hay un plan estratégico. Ese es un punto clave. Pero también conozco empresas que se quejan pero no capacitan ni invierten. El Estado debe ayudar pero no puede hacer todo. Todos somos responsables si el ciclo negativo se vuelve a repetir.

¿No cree que ustedes tienen perspectivas de crecimiento porque se dirigen al segmento de mayores ingresos?

–El Once y la calle Avellaneda siempre seguirán existiendo pero, al mismo tiempo, Galerías Pacífico no deja de ser una oferta exitosa. Nosotrostratamos de repotenciar nuestra marca para que también compita con los productos extranjeros, dentro y fuera del país. Con más volumen tendremos un producto premium y para eso proyectamos la nueva planta.

¿Con qué financiamiento?

–Hay varias opciones. Hablamos con bancos locales. También consideramos la posibilidad de emitir obligaciones negociables. Y si el tipo de cambio permanece estable, estamos en condiciones de tomar créditos en dólares de corto plazo.

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Pablo Sönne, de Raver Pass: “La competencia de Brasil es buena porque nos autoexige”.

“Hay que tratar de potenciar al máximo lo interno. Hay que reconvertirse, capacitar a la gente, invertir y después hablar de lo exterior.”
“Queda muy poquito tiempo para consolidar la industria hasta que perdamos esta pequeña ventaja cambiaria.”
“Estamos trabajando para reposicionarnos a nivel tecnológico para producir con más calidad y cantidad, con el agregado de valor del diseño.”
“A los empresarios argentinos nos hace falta unirnos, tener consenso y dejar de lado las mezquindades individuales.”
“La realidad es que en Argentina ni siquiera hay un plan estratégico.”

 
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