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Domingo, 3 de julio de 2005

DEBATE SOBRE SUBA DE SUELDOS E INFLACION

“Estimular la economía”

Un sector empresario convoca el fantasma de la inflación para no aumentar salarios. En cambio, ciertos economistas piensan que ajustarlos es una buena decisión de política económica.

 Por Natalia Aruguete


“No todos los economistas piensan que aumentar los salarios es una mala decisión de política económica. Por el contrario, es fundamental invertir en las personas y no sólo en máquinas”, sostiene Julio Neffa. Cash dialogó con este economista que dirige el Centro de Estudios e Investigaciones Laborales del Conicet, y lo consultó sobre los alcances de la recomposición salarial y el rol del Estado en ese tema.

¿Cómo caracteriza el rol del Estado en la actual discusión salarial?

–Muy prudente. El problema es que aún no hay un modelo de crecimiento definido, sustentado y formulado. Venimos de una situación caótica. El Gobierno tiene miedo de que se desencadene una espiral inflacionaria. Las inflaciones en la Argentina generaron crisis feroces. La inflación afecta sobre todo a los asalariados. Puede ser muy costoso que se dispare la inflación a tres meses de las elecciones. Si hubiera un plan de desarrollo claro, la problemática del salario se plantearía en otros términos. De los componentes del costo de los productos, el salario siempre es el más flexible para arriba o para abajo.

¿Qué proporción ocupa el salario en ese costo?

–No mucha porque la devaluación abarató el costo salarial. En un modelo de crecimiento donde el dinamismo no esté dado sólo desde la inversión sino desde la demanda, un aumento salarial estimularía la economía. Pero si eso se traslada directamente a los precios, el resultado sería un boomerang.

¿Cuál debería ser la solución?

–Falta un gran acuerdo nacional de crecimiento, distribución y empleo. No se puede repartir lo que no existe. Un aumento de la producción y de la productividad del trabajo permitiría generar más empleo. Para mejorar la productividad –que en la Argentina es muy baja– se requiere un reconocimiento social vía salario.

¿Cómo evalúa la advertencia del ministro de Economía sobre el retorno al “populismo setentista” y al aumento de los salarios?

–Creo que es uno de los mejores ministros de Economía que hemos tenido, es muy serio y prudente. Se encuentra entre dos extremos, entre los ‘70 y los ‘90. El quisiera un modelo con crecimiento económico fuerte pero controlando la inflación.

¿Coincide con los que sostienen que los salarios deberían aumentar en función de la productividad?

–Para la teoría ortodoxa el salario debe ser igual a la productividad marginal del trabajo. Pero sabemos que siempre el salario está por debajo de la productividad. Una parte central del aumento de la productividad depende de los trabajadores; para que ellos hagan un mayor esfuerzo, se involucren con la marcha de la empresa e incorporen innovaciones en el producto o el proceso productivo tienen que tener un reconocimiento social. Y los salarios cayeron un 30 por ciento desde 1998.

¿Por qué cree que se discute un aumento salarial, con fuerte participación del Estado, y al mismo tiempo no se actualiza el monto de los planes sociales?

–Es un problema de presupuesto, parte de esos planes se financiaron con los préstamos del BM y el BID. Y eso es deuda externa. Los economistas tradicionales piensan que si aumenta el subsidio por desempleo la gente dejaría de buscar empleo y queda recluida en su inactividad. Aunque como muchos de los que perciben los planes sociales son desocupados que tienen una baja empleabilidad, si quisieran buscar trabajo en esas condiciones difícilmente lo encontrarían.

¿Cómo se hace para que gente que estuvo tantos años desocupada se reinserte en el mercado de trabajo?

–Habría que poner el acento en la formación y reconversión de la mano de obra, que lleva tiempo porque cuando las personas están mucho tiempodesocupadas, pierden calificaciones, competencias, estilo de trabajo, sociabilidad. Hay que remotivar a esas personas y capacitarlas. Al mismo tiempo, hay que estimular a las empresas para que generen nuevos empleos reduciendo las cotizaciones sociales u otorgándoles un subsidio monetario. Hoy es muy difícil que el Estado vuelva a ser un gran empleador, o sea que hay que hacer hincapié en el sector privado.

Además de definir el salario mínimo, ¿qué debería hacer el Consejo del Salario?

–El Consejo del Salario tiene además el objetivo de analizar la productividad y el empleo, que hasta ahora no fueron discutidos allí en profundidad porque todavía no hay un plan. No todos los economistas piensan que aumentar los salarios es una mala decisión. Las teorías institucionalistas y regulacionistas sostienen que hay que poner el acento en la demanda, en investigación y desarrollo científico y tecnológico, la educación y el mejoramiento de la salud. Invertir en las personas y no sólo en máquinas. Una persona mejor alimentada, en buena salud, más educada, y con mayor formación profesional es más productiva. Si se quiere aumentar la productividad, debe haber un reconocimiento de los trabajadores.

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Julio Neffa, economista del Conicet: “La inflación afecta sobre todo a los asalariados”.

“De los componentes del costo de los productos, el salario siempre es el más flexible para arriba o para abajo.”

“En un modelo de crecimiento donde el dinamismo no esté dado sólo desde la inversión sino desde la demanda, un aumento salarial estimularía la economía.”

“Falta un gran acuerdo nacional de crecimiento, distribución y empleo. No se puede repartir lo que no existe.”

“Habría que poner el acento en la formación y reconversión de la mano de obra.”

 
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