Domingo, 16 de abril de 2006 | Hoy
EVOLUCIóN DEL SECTOR INDUSTRIAL DESPUéS DE LA DEVALUACIóN
La industria se recuperó con velocidad. Producción, productividad y ganancias registran fuertes avances después del estallido de la crisis del 2001.
Por Natalia Aruguete
Una vez superada la crisis económica, la industria comenzó a mostrar una tónica ascendente y muy dinámica. El sector experimentó crecimiento en producción, productividad laboral y tasa de rentabilidad. Sin embargo, el ritmo de aumento en las ganancias disminuyó hacia 2005 –aunque no se detuvo– por las subas de los insumos primarios y los salarios, que surgieron de la homologación de los nuevos convenios colectivos.
Entre 2001 y 2004, el sector industrial mostró una suba del 20,4 por ciento en la producción. Este incremento se dio fundamentalmente en los rubros de mayor valor agregado, como motos, bicicletas y sillones de rueda (105 por ciento), maquinaria de uso especial (93,8) y calzado y sus partes (85,9). Así lo expone un documento elaborado por el Centro de Estudios para el Desarrollo Económico (Cedem), que analiza el ciclo industrial en los primeros años post convertibilidad, elaborado por el economista Santiago Juncal.
Las ramas de mayor participación en el Producto Bruto de Producción (VBP) son los productos alimenticios y combustibles, que en 2004 mantuvieron un 13,00 y un 9,25 por ciento, respectivamente. Esta primarización de la estructura productiva también se vio reflejada en las exportaciones. Según Juncal, “en la estructura exportadora no sólo se conservó sino que se profundizó el predominio de las ramas de producción primaria”. Los productos alimenticios y los combustibles explican en conjunto casi la mitad de las exportaciones industriales.
Los ciclos económicos ascendentes coinciden con aumentos de la productividad. En el caso del sector manufacturero, el alza de la productividad post devaluación se explica por dos factores. El primero es la mayor intensificación del trabajo. Hasta fines de 2004, un trabajador produjo un 10 por ciento más en la misma cantidad de tiempo que en 2001. El segundo elemento es que la productividad por obrero creció 16,8 por ciento. Es decir que la cantidad de horas trabajadas por obrero aumentó muy por encima del nivel de ocupación sectorial. La diferencia entre el aumento de la productividad por obrero y la intensificación del trabajo da cuenta de una extensión de la jornada laboral.
Según el Centro de Estudios para la Producción (CEP), dependiente de la Secretaría de Industria, los obreros industriales trabajaron en 2005 un 12 por ciento más de horas que a fines de la convertibilidad, en comparación con casi el 17 por ciento de fines del 2004. En ese mismo sentido, la evolución de los costos salariales reales mostró con la devaluación una tendencia a la baja entre 2001 y 2004. El año pasado, esta tendencia se desaceleró producto de la homologación de los convenios colectivos de trabajo.
Analizado desde otra perspectiva, la consultora Mayoral encuentra en los últimos aumentos salariales un impacto negativo sobre la rentabilidad del sector manufacturero. Según sus cálculos, 2002 y 2003 mostraron una mejora de la rentabilidad promedio del 5,2 por ciento. En 2004 el indicador retrocedió a un 4 por ciento y en 2005 se registró una caída del 4,1. El alza de los costos en 2005 se explica principalmente por el aumento del 26,1 por ciento en salarios y de otros servicios (13,4). Mayoral señaló a Cash que el comportamiento del último año no significa que los empresarios tengan baja rentabilidad. Y justificó los aumentos salariales argumentando que habían llegado “a niveles muy bajos. Es muy difícil que un capitalismo de mercado se pueda basar en salarios bajos y menos en Argentina. Además (el aumento salarial) no es contraproducente para el desarrollo económico”. Para Juncal, en cambio, “si bien la homologación de los convenios colectivos en 2005 pudo haber significado un recorte en la rentabilidad empresaria, habría que contrastar esos indicadores con los precios mayoristas del sector” para verificar si realmente las rentabilidades han caído tanto como surge de algunas estimaciones.
• Después del estallido de la crisis, la industria experimentó crecimiento en producción, productividad laboral y tasa de rentabilidad.
• El ritmo de aumento en las ganancias disminuyó hacia 2005, aunque no se detuvo, por las subas de los insumos primarios y los salarios.
• Los productos alimenticios y los combustibles explican en conjunto casi la mitad de las exportaciones industriales.
• La cantidad de horas trabajadas por obrero aumentó muy por encima del nivel de ocupación sectorial.
• La diferencia entre el aumento de la productividad por obrero y la intensificación del trabajo da cuenta de una extensión de la jornada laboral.
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