Domingo, 21 de enero de 2007 | Hoy
ARGENTINA ES LA PLAZA PREFERIDA DE LOS BANCOS DE INVERSION INTERNACIONALES
El mercado local se ha convertido en el favorito por los principalesoperadores internacionales. Factores domésticos y del exterior estánjugando a favor de los negocios con acciones y títulos públicos.
Por Claudio Zlotnik
Los principales bancos de inversión internacionales apuestan a que la euforia en el mercado bursátil se extenderá. Hoy, la Argentina aparece como un polo de atracción tanto para los negocios productivos como para la especulación financiera. Ese fenómeno incluye a los países emergentes, pero se potenció especialmente en la plaza local. Entidades referentes en Wall Street, que históricamente evaluaron de manera negativa al país, en la actualidad aparecen como las más activas, ampliando su cartera de títulos públicos argentinos.
Hay varios factores que explican el optimismo, tanto en el plano local como en el internacional. Algunas novedades no hicieron más que reafirmar la proyección alcista de los activos financieros.
Los precios de los bienes agrícolas no son ajenos a las positivas perspectivas económicas de 2007. En Wall Street tomaron nota de ese escenario. El JP Morgan, por ejemplo, estimó que el rally alcista de los productos exportables continuará a lo largo de este año, con lo cual se fortalecerán aun más las cuentas públicas.
Un dato aportado en el último informe de Lehman Brothers indica que, entre los emergentes, Argentina es el más beneficiado por el alza de los productos agrícolas, ya que representan el 48 por ciento de sus ventas al exterior.
En ese panorama de ingreso de divisas, tanto comerciales como financieros, el tipo de cambio real seguirá revalorizándose. No se espera una caída nominal en la cotización del billete verde, pero su sola estabilidad está garantizando una fuerte rentabilidad en términos de dólares.
La inflación también atrae inversores. Un enero “picante” y la estimación de que la inflación minorista de este año finalizará en torno del 10 por ciento funcionan como un imán. Alrededor de la mitad de la deuda argentina se encuentra en pesos indexados.
En este marco, el Banco Central intentará mantener las tasas de interés planchadas. Una suba no haría otra cosa que potenciar la entrada de divisas.
Mientras tanto, Felisa Miceli aprovecharía el retroceso en el riesgo país para colocar una nueva emisión de Bonar VII. Serían 500 millones de dólares a una tasa del 7,5 a 7,7 por ciento anual, medio punto por debajo a la última emisión.
El 2,6 por ciento de inflación en los Estados Unidos durante 2006 hace prever una estabilidad de la tasa de interés en el corto plazo.
Los operadores creen que la tasa recién bajará hacia mediados de año.
De todas formas, el actual rendimiento de los bonos a 10 años del Tesoro estadounidense –en el 4,7 por ciento anual– se constituye en una verdadera invitación para que los capitales sigan fluyendo hacia los mercados emergentes.
En este marco, la pregunta que recorre la city es si el Banco Central se verá forzado a endurecer los controles cambiarios para evitar problemas en su estrategia de sostenimiento del tipo de cambio.
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