Dom 13.05.2007
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INVESTIGACION ESPECIAL > AUMENTOS DE PRECIOS Y MONOPOLIOS

La raíz de la inflación

› Por Fernando Krakowiak

Por Fernando Krakowiak

Los acuerdos de precios impulsados por el Gobierno contuvieron la inflación el año pasado, pero en los últimos meses la situación se complicó. Los economistas ortodoxos aseguran que las recientes remarcaciones se deben a los incrementos salariales, al aumento del gasto público y a una política monetaria expansiva. Sin embargo, desde la devaluación las mayores subas se registraron en los sectores económicos con elevada concentración. El país tiene en la actualidad una configuración más cercana al monopolio que a la competencia en casi todos los mercados estratégicos, incluyendo la producción de alimentos y de insumos de uso difundido. Esa es la raíz de la inflación. La fuerte concentración le sirvió al oficialismo en un primer momento para negociar acuerdos de estabilidad de precios con una o dos empresas por rama. Pero esos interlocutores son los que ahora comenzaron a jaquear nuevamente la política oficial. Funcionarios y analistas consultados por este suplemento recomiendan enfrentar esta situación fortaleciendo instituciones regulatorias capaces de sancionar prácticas anticompetitivas. Cash registró en algunos sectores concentrados subas que acumulan entre 100 y 400 por ciento desde la devaluación, mientras que la inflación promedio llegó “sólo” a 95,5 por ciento.

134% aumentó la cerveza de litro, 40 por ciento más que la inflación promedio. La producción prácticamente no se exporta. Por lo tanto, los precios son fijados exclusivamente por lo que ocurre en el mercado interno. En 2002, la suba estuvo determinada por un incremento en el costo de los insumos que no pudo ser trasladado completamente a precios debido a la recesión económica. Sin embargo, un informe elaborado por el Cefid-Ar, con datos del Indec, permite observar que en los años siguientes la evolución de los precios se separa sustancialmente de los costos, verificándose un salto significativo en la rentabilidad del sector, tanto en términos unitarios como de volumen. Este comportamiento es consecuencia de la estructura oligopólica del mercado, donde la participación de la compañía belga Inbev, propietaria de las firmas Quilmes y Brahma, llega al 75 por ciento, luego de haber cumplido con el compromiso de desinversión asumido ante la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) para que se autorice definitivamente la fusión entre Quilmes y Brahma, anunciada en 2002. Antes de concretar la desinversión la participación de Inbev era del 81,4 por ciento.

400% aumentó el kilo vivo de novillo. En diciembre de 2001, cotizaba a 0,60 peso y actualmente llega a 3 pesos, cifra ratificada en el acuerdo de “sinceramiento” de precios firmado con el Gobierno el miércoles pasado. La suba, que según datos oficiales superó ampliamente el alza de los costos, se debe fundamentalmente a las dificultades que ha tenido la oferta para responder a una demanda externa estructuralmente más elevada. Sin embargo, también tienen una fuerte incidencia las prácticas anticompetitivas que suelen registrarse en el Mercado de Liniers. Cuando a mediados de marzo del año pasado, la CNDC se instaló en el predio para inspeccionar la situación, productores, consignatarios y frigoríficos coincidieron en afirmar que allí funcionaba lo más parecido a un mercado de competencia perfecta, porque los 55 consignatarios encargados de rematar la hacienda y los más de 70 compradores garantizaban la transparencia. Sin embargo, el viernes 21 de julio del año pasado un puñado de frigoríficos organizó un boicot al mercado y más de 10 mil cabezas quedaron sin vender, dejando en evidencia la facilidad con la que se manipulan la oferta y la demanda.

124% se incrementó el precio del pan industrial en el mismo período. La estructura oligopólica del mercado también ha sido un factor fundamental para explicar ese ajuste. El Grupo Bimbo concentra el 79 por ciento del mercado, pues posee Bimbo Argentina y además es propietario indirecto de la compañía Fargo, líder del mercado. La fusión entre ambas marcas se produjo a nivel internacional cuando Pierre Acquisition, cuyo 30 por ciento pertenece al Grupo Bimbo, adquirió la Compañía de Alimentos Fargo. La CNDC analizó el grado de concentración con el índice IHH y concluyó que era “muy alto”. Sin embargo, en septiembre de 2004, en lugar de prohibir la operación, la aprobó aceptando un compromiso de desinversión.

98,7% subió la leche fluida. Desde la devaluación, se firmaron varios acuerdos para mantener su precio congelado por ser un artículo de primera necesidad. Sin embargo, el porcentaje de aumento es superior a la inflación del período. En el país, operan más de 10 mil tambos, pero, según datos de la CNDC, La Serenísima y SanCor concentran el 66 por ciento de las ventas. Esta configuración lo convierte en un mercado con características oligopsónicas pasible de conductas anticompetitivas. Además, estas empresas tienen una fuerte presencia en el mercado de los quesos, donde las subas han sido mucho mayores para “compensar” el precio de la leche a través de una especie de subsidio cruzado. El kilo de pategrass, por ejemplo, subió 11,6 por ciento este año y acumula un incremento de 235 por ciento desde la devaluación (5,96 a 19,97 pesos, según el Indec).

346% aumentaron las barras de hierro redondo y porcentajes cercanos les correspondieron a otros aceros no planos como perfiles, alambres, palanquillas y clavos. El precio de estos insumos es particularmente relevante porque impacta sobre la estructura de costos de la construcción, la industria manufacturera y el agro. La cotización en el mercado local evolucionó en línea con la internacional, situación que responde al elevado grado de transabilidad de estos bienes y también a la significativa concentración y internacionalización productiva que caracteriza al sector. Según datos de la CNDC, el 55 por ciento del mercado es controlado por la empresa Acindar, propiedad del líder mundial Arcelor-Mittal, y el resto se reparte entre las firmas Sipar, Acerbrag y la importación.

319% subió el precio de las chapas metálicas, según el Indec. La producción de laminados planos fríos y calientes es monopolizada por Siderar, una firma del Grupo Techint que también comercializa hojalata, flejes, galvanizado, planchuelas, etc. En la actualidad, el 50 por ciento de su producción se destina a la construcción y el otro 50 por ciento, a la industria, fundamentalmente vehículos, línea blanca, maquinaria agrícola y envases. La empresa asegura que el ajuste se debió a la suba experimentada por insumos clave como mineral de hierro, zinc y aluminio, pero la posición monopólica también incide al momento de fijar los precios.

395% se incrementó el valor de los lingotes de aluminio y sus aleaciones, según el Indec. Es otro insumo de uso difundido, utilizado fundamentalmente por las industrias del transporte, la construcción, el envase y los conductores eléctricos. El ajuste en el precio fue consecuencia del incremento en la cotización internacional en el London Metal Exchange (donde pasó de 1335 a 2830 dólares entre diciembre de 2001 y abril de 2006) y de la estructura monopólica existente en el mercado local. Aluar es la única empresa productora de aluminio primario en el país y la principal productora de semielaborados de aluminio. Su integración vertical le permitió marginar del mercado a más de 60 pymes, según han denunciado empresarios del sector.

195% subió el precio del cemento Portland, muy por encima del incremento de los costos que tuvo el sector, lo que implicó una notable mejora en los márgenes de rentabilidad. Esa evolución de precios es consecuencia de una estructura de mercado concentrada, donde las empresas existentes han desplegado estrategias de cartelización, estableciendo fuertes barreras a la entrada a los nuevos jugadores. Loma Negra (propiedad de la brasileña Camargo Correa), Minetti (suiza Holcim) y Cementos Avellaneda (consorcio español Molins/Uniland) controlan el 97 por ciento del mercado y mantienen circuitos de comercialización diferenciados, con pocas zonas en las que se plantea competencia por precios.

Estos son sólo algunos de los mercados concentrados existentes en el país. Situaciones similares se observan en energía, petroquímica, agroquímicos, telecomunicaciones, TV por cable, cigarrillos y producción de bebidas gaseosas, ramas donde una o dos empresas suelen fijar los precios. La raíz de la inflación hay que buscarla, entonces, en la estructura de esos mercados más que en los salarios o en el gasto público. Y los ajustes de precios son manifestación del objetivo de preservar márgenes elevados de rentabilidad por parte de esos grupos.

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