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Domingo, 1 de febrero de 2009

Dos miradas sobre la crisis

Por Carlos Bianco
Investigador UNQ, Centro REDES y CENDA

“Argentina se verá perjudicada”

“El 2008 no ha sido un buen año para el sector externo brasileño. Según el Banco Central, el aumento de las reservas internacionales fue de sólo 3000 millones de dólares, cuando en 2007 la acumulación de divisas había rozado los 90.000 millones. Ello fue el resultado de un importante cambio de signo en la cuenta corriente, que pasó de un saldo positivo de unos 1500 millones de dólares en 2007 a un déficit cercano a los 30.000 millones en 2008. Entre septiembre y diciembre de 2008, además, se produjo una pronunciada fuga neta de capitales, cercana a los 20.000 millones de dólares. Sin embargo, el dato que más preocupa al gobierno brasileño es el déficit de balanza comercial que se producirá al finalizar enero, luego de 93 meses consecutivos de superávit. Los datos al 23 de enero muestran un saldo negativo acumulado de 645 millones de dólares, como resultado de exportaciones que se redujeron 22 por ciento respecto de enero del año anterior y de importaciones mucho menos elásticas, que sólo lo hicieron en un 9 por ciento. Tal preocupación motivó el anuncio de ampliación del número de productos con exigencia de licencia no automática de importación, de modo de controlar el flujo de compras externas. Si bien la medida fue dejada rápidamente sin efecto ante las quejas de los exportadores –que se verían perjudicados con más burocracia– y de los industriales brasileños –temerosos tanto de medidas de retorsión como de problemas de aprovisionamiento–, lo cierto es que en vistas del déficit comercial, el gobierno brasileño deberá instrumentar algún tipo de medida que prevenga una profundización de la situación en un contexto de menor disponibilidad de divisas. Más allá del tipo de medida que sea instrumentada, Argentina será uno de los países más perjudicados, en tanto se trata del segundo importador de productos brasileños y del tercer exportador hacia ese destino. Asimismo, tales medidas implicarán impactos asimétricos en términos sectoriales para la Argentina, viéndose perjudicados los principales sectores de exportación –en caso de mayor proteccionismo–, los sectores sustitutivos de importaciones –en ocasión del establecimiento de políticas de incentivo a las exportaciones–, o ambos –en caso de medidas combinadas o ante una mayor depreciación del real.

Por Federico Pastrana
Economista del Cedes y AEDA

“Bajar las tasas ayuda”

“Antes de la crisis internacional, el esquema macroeconómico brasileño podía ser descripto por un crecimiento moderado (aunque en ascenso los últimos dos años), baja inflación, tipo de cambio real apreciado y tasa de interés real elevada. Este esquema resultó en un deterioro del superávit comercial (por la aceleración de las importaciones) y déficit de cuenta corriente. Sin embargo, gracias a la enorme entrada de capitales del exterior, el Banco Central consiguió aumentar fuertemente las reservas internacionales, las cuales en diciembre de 2008 rondaban los 200 mil millones de dólares. El crecimiento fue sostenido por la demanda interna. Esta se vio motorizada por el incremento de la masa salarial, la expansión del crédito al consumo, la del crédito a largo plazo otorgado por el Banco Nacional de Desarrollo (Bndes) y por el Plan de Aceleración del Crecimiento (PAC). El desempeño positivo del mercado interno se dio en paralelo con una política social (política de salario mínimo y planes sociales como el Bolsa Familia) que mejoró los ingresos de sectores vulnerables y alimentó el proceso. El impacto de la crisis internacional sobre la economía brasileña ya se hizo notar. Desde octubre del año pasado se registra una salida de capitales no despreciable, que llevó a una depreciación del tipo de cambio y pérdida de reservas internacionales. A raíz de la escasez de crédito, la crisis afectó a la producción manufacturera, en particular la automotriz. En este contexto, la política de tasas de interés elevadas comenzó a ceder. A pesar de un mayor riesgo de salida de capitales, la continuación de esta política permitiría bajar el costo del crédito, estimulando la actividad económica, y disminuiría la presión sobre el gasto fiscal por el pago de deuda atada a la tasa de referencia, lo cual liberaría fondos para gastos prioritarios en momentos de crisis. Asimismo, el sostenimiento del tipo de cambio real mejoraría el resultado externo e incentivaría la producción del sector transable, impulsando el nivel de actividad y el empleo. Finalmente, los planes sociales, la política de salario mínimo, el PAC y el crédito otorgado por el Bndes constituyen un conjunto de políticas adicionales que permiten morigerar los efectos de la crisis internacional.”

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