Todos los refugios en algún momento dejan de proteger y sus ocupantes deben salir a la búsqueda de un nuevo amparo. El euro abandonó ese lugar en el presente contexto de crisis mundial. Actualmente se ubica en los valores mínimos frente al dólar, al mismo nivel que octubre pasado, mientras que en la plaza argentina perdió en lo que va del año el diez por ciento en su paridad en pesos. Agobiados por las pérdidas multimillonarias a las que fueron expuestos debido a manejos especulativos, los bancos europeos se encuentran en una situación de extrema fragilidad, lo que anticipa más caídas para la moneda comunitaria. En la plaza doméstica, su marcada volatilidad sirvió para explicar buena parte de la caída de las reservas internacionales del Banco Central. En ese contexto convulsionado, en Italia ya especulan con volver al “patrón oro”.

La caída del euro responde a la delicada situación del sistema bancario en la región. Los relevamientos económicos a ambos lados del Atlántico concluyeron en que la ola expansiva de la crisis generó más daño y caos en Europa que en los Estados Unidos. Esta semana se sumó un nuevo fondo de inversión, el Santander Banif Inmobiliario, que congelará más de 2600 millones de dólares de ahorristas por falta de liquidez. Otros se encuentran en una situación similar y estudian la manera de devolver los reembolsos ante un pedido masivo de sus clientes. En el centro y este del Viejo Continente las turbulencias persisten y las autoridades de los países que integran la Unión Europea se resisten a hacer un desembolso para evitar su colapso. Sin embargo, el mercado, que comenzó a deshacerse de los euros como una señal de que prevén un mayor contagio, los obliga a repensar la estrategia. Ya se habla de 100.000 millones de euros para auxiliar a los bancos de Europa del Este.

“El euro no se ubicará por encima de estos valores hasta mitad de este año. Incluso puede seguir cayendo hasta oscilar entre 1,20 y 1,25 dólares”, pronosticó un analista cambiario en diálogo con Cash. Los planes lanzados por el gobierno de Obama no sacarán a la economía estadounidense inmediatamente de la recesión en tanto Europa no responda con medidas coordinadas del mismo tono.

En la Argentina el euro también perdió terreno. De los 4,85 pesos con que despidió el 2008 llegó a tocar los 4,41 un mes y medio después. De todos modos, ese movimiento brusco no repercutió en el público, que sigue atrapado en los vaivenes del dólar más que del euro. “La demanda interna cayó debido a que la expectativa dejó de ser alcista, aunque tampoco implicó que salieran todos a vender. En el mercado local la caída puede tener cierta resistencia con respecto al peso por la suba del dólar”, explicó un analista de la city. Por ese motivo el subibaja de la divisa europea no preocupa a las autoridades del Central, que sólo compran euros para diversificar cartera, iniciativa que no se está dando por estos días. En esta crisis, los inversores buscan refugios para sus capitales especulativos. Un informe privado intenta brindar un mapa para encontrar esas trincheras. Sugiere invertir en monedas hoy devaluadas de países exportadores de materias primas, para beneficiarse de la apreciación de sus tipos de cambio por el superávit de su intercambio comercial. Otros señalan al dólar australiano o neocelandés. Varios coinciden en la libra esterlina, que se devaluó ni bien iniciada la crisis. Pero todo hace pensar que las autoridades de la Comisión Europea no le permitirán que mantenga esa ventaja.