Domingo, 17 de agosto de 2014 | Hoy
OPINIÓN: DEVALUACIóN Y EXPECTATIVAS
Por Emilio Katz *
El actual presidente de la UIA, Héctor Méndez, se muestra muy afectado porque el país ha frenado su crecimiento después de diez años, durante los cuales había logrado un promedio anual inédito de un 7 por ciento. En recientes declaraciones y discursos viene expresando un conjunto de ideas respecto de la situación del sector, de la economía en general y la gestión del Gobierno, para, finalmente, intentar una definición respecto de “qué tipo de sociedad queremos los argentinos”. Se refiere al protagonismo principal que le cupo al sector industrial, que él se atribuye representar, en esos diez años de crecimiento. Menciona el rol de generador de empleo que tiene la industria y la fuerte incidencia en la composición del Producto Bruto Interno. Méndez señala con especial énfasis que los empresarios no invierten porque el consumo está descendiendo, porque existen restricciones para remesar utilidades, dificultades para importar, y finalmente imagina una nueva devaluación con un dólar a once pesos para que la industria sea competitiva, porque la inflación afectó esa posibilidad.
El presidente de la Unión Industrial Argentina, que de unión no tiene nada y de argentina tampoco, no toma en cuenta las opiniones opuestas a su línea de pensamiento que se están expresando en los medios por parte de miembros de la comisión directiva de esa entidad. Méndez expresa al pie de la letra la ideología y los intereses de los sectores más concentrados de la economía que quieren torcerle el rumbo al actual proyecto político.
Las micro, pequeñas y medianas empresas, generadoras y capacitadoras del 70 por ciento de la mano de obra ocupada y del 40 por ciento del PBI le niegan autoridad a Méndez para hablar en su nombre cuando se refiere a las características de la industria en el proceso productivo como generadora de empleo. Un análisis segmentado muestra que las pymes se caracterizan por producir con mano de obra intensiva, y las grandes corporaciones económicas lo hacen con capital intensivo.
Las pymes también entendemos que el crecimiento durante diez años se explica por el modelo económico de “Crecimiento con equidad distributiva” que aplicó este proyecto político, con lo que se hizo posible un aumento sustancial del consumo que fue abastecido merced a la capacidad ociosa que tenía el aparato productivo, derivado de los planes neoliberales que cerraron fábricas, generando altos índices de desocupación. Completada la ocupación de la capacidad productiva, se abrían para los sectores más concentrados dos alternativas: inversiones para ampliar la planta y aumentar la oferta de bienes, o aumentar los precios.
En cierta medida optaron por un mix, poniendo mayor énfasis en los incrementos de precios.
Así generaron inflación que deterioró el tipo de cambio, entonces presionaron fuertemente por una devaluación. En enero de 2014, con especulaciones de todo tipo y el acompañamiento mediático a toda orquesta, donde los clarines interpretaban las notas más altas, sin olvidar a los mercenarios de la economía, el poder económico alcanza su objetivo y el Gobierno devaluó el peso, llevando el dólar de 6 a 8. Entre enero y febrero el aumento de precios absorbió gran parte de la devaluación, las paritarias sobre salarios corrieron de atrás y se deterioró, temporariamente, el poder adquisitivo, retrayendo el consumo.
Cuando los fondos buitre y la Justicia estadounidense atentan contra la soberanía nacional, Méndez encuentra el mejor momento para, falseando totalmente la realidad reciente, presionar al Gobierno con una nueva devaluación, cuando todavía no terminaron de deglutir la anterior
* Economista, directivo nacional de Apyme.
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